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La siembra y la cosecha

Momento Reflexivo; La siembra y la cosecha

La siembra y la cosecha
No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por la semilla que plantas. Robert Louis Stevenson”.

Todos conocemos el acto de colocar las semillas en la tierra para que germinen. Estas jamás se siembran si antes no fueron seleccionadas, de lo contrario no podrán dar el fruto que se desea. Pero no solo es eso, antes se tiene que preparar el terreno de manera que esas semillas caigan en buena tierra.

Luego, se necesita el cuidado, la luz adecuada, alimento y agua. Todo esto va a hacer que cuando esas semillas germinen lleguen a ser plantas que den frutos agradables y perfectos.

La siembra y la cosecha es una ley universal que se aplica en todas las áreas de la vida. La vemos tanto en la naturaleza, como también en los seres humanos. Ha sido establecida por Dios.

APRENDE UN POCO

La siembra y la cosecha

Todo lo que nosotros hacemos o decimos siempre tendrá una consecuencia y nuestras actitudes juegan un papel importante en ello. Dios lo dice claramente en las Sagradas Escrituras.

“Todo lo que el hombre sembrare, eso cosechará”. Por eso es tan importante que cuidemos nuestras actitudes, no sea que cosechemos malos resultados.

Tal vez si reflexionáramos en esto, dejaríamos de actuar como lo hacemos y cambiaríamos nuestro entorno. Pero qué pasa, muchas veces actuamos sin pensar en el mal que estamos causando, y cuando nos damos cuenta, ya no podemos reparar el daño que hemos hecho. Hemos estropeado nuestra siembra y no podemos esperar buenos frutos.

Las leyes que rigen la siembra y la cosecha en el mundo natural son las que también rigen nuestra vida.

Hay un dicho popular que dice: “El que siembra vientos, cosechará tempestades”. No cabe duda de que cada uno recoge en la vida lo que sembró. Por ejemplo, el que ha sembrado para tener éxito, esa será su cosecha. Mas el que ha sembrado odio, rencor, envidia y desamor, obtendrá el fruto de lo que sembró. Algunos llaman a eso “Karma”. En cambio, quien ha sembrado amor conocerá la felicidad. Tus frutos evidenciaran la calidad y lo bueno de la siembra.

Un buen grano, por pequeño e insignificante que parezca, podrá dar sus frutos. Si hemos sembrado correctamente, cosecharemos frutos agradables que nos llenarán de satisfacción.

Debemos analizar muy bien qué tipo de sembradores hemos sido a través de la jornada y si no hemos hecho esto con descuido o con escases. Porque si lo hicimos así, no levantaremos buena cosecha.

Es cierto que estamos viviendo en tiempos difíciles y el terreno puede no ser muy fértil, pero dice la Escritura: “A su tiempo segaremos si no hemos desmayado”.

Alguna vez nos hemos puesto a pensar ¿por qué hay tanta violencia en nuestro entorno? Tristemente, muchos de aquellos que la practican es porque fueron víctimas de esa violencia en sus hogares, donde se hizo mala siembra y como consecuencia la siguen perpetuando. No olvidemos que “el niño aprende lo que ve”. Entonces es tiempo de aprender a sembrar correctamente para que así mismo sea la cosecha.

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