Agoniza el 2024, y con ello la nostalgia por estar a punto de finalizar un año más.
Primero que nada, agradecer a DIOS por permitirnos llegar a este momento, en el que los recuerdos de lo que fueron estos doce meses, nos hacen pensar en un 2025 todavía mejor.
A la familia Robles Barajas, por la confianza que nos brinda para que sigamos aquí al pié del cañón, haciendo lo que tanto nos apasiona; redactar las historias y hazañas de los deportistas porteños.
A mi familia y a mis amigos, a los dirigentes de ligas y a la comunidad deportiva en general, que son nuestra fuente de inspiración.
Fue un año lleno de retos, sí, pero también de grandes satisfacciones profesionales y personales.
Conocimos a nuevos amigos involucrados en este fascinante mundo, aunque desafortunadamente otros más dijeron adiós a este mundo terrenal.
A punto de finalizar el 2024 y hacer un recuento de lo que ocurrió en el deporte local, podemos afimar que, pese a que no hubo mucho avance en este rubro, algunos con recursos y esfuerzo propio, lograron cumplir sus metas en los eventos a que asistieron.
En cuanto a la promoción, tampoco hay mucho que resaltar, pues ante la falta de espacios dignos para la práctica de esta actividad, Coatzacoalcos albergó pocas competencias de alto nivel, tal y como ha ocurrido en los últimos años.
Las Ligas, como siempre, continuaron con sus campeonatos caseros, aunque la mayoría de ellas "pariendo chayotes" por la escasez de canchas.
En el deporte profesional desapareció un club y como por arte de magia apareció otro; el Deportivo Delfines de Coatzacoalcos, que bajo la dirección técnica de Humberto Andrade, ha tenido hasta ahora una mitad de temporada de ensueño; casi perfecta en su debut en la TDP.
Arropado por el dueño de la franquicia, ingeniero Wilbert Alvarez y el resto de la directiva Cetácea, el timonel minatitleco tiene a sus muchachos en los "cuernos de la luna".
Una aplaudible labor, que ha rendido frutos gracias al trabajo, no solo del estratega, sino de todo el equipo que conforma la organización porteña.
Este proyecto, desde luego, ha servido para promover a jóvenes locales y de la Zona Sur de nuestro estado, que anhelan llegar algún día al máximo circuito.
De ahí en fuera, poco que destacar.
Así, a unas horas de que culmine el 2024, quiero agradecer a mis amigos, el sensei Alejandro Borrego, entrenador de judo; Miguel Angel Fernández, presidente de las Ligas de Basquetbol Intercolonias La Noria y Regional Infantil y Juvenil.
También al ingeniero Jose Ribón Zárate, ex dirigente del balompié Municipal; profesor Erick Sosa, director de ES TKD Panamericano; Héctor Elías Ferra, Presidente de la Liga Orbelín Domínguez Balk; licenciado Lizandro Pérez, dirigente del softbol Intercolonias; profesor Aníbal Villalobos, promotor deportivo de la ETI 19.
Al licenciado Pedro Tiburcio Zaamario, presidente del Club Rotario; al LOD Luis Manuel Jiménez Sosa, entrenador de basquetbol y catedrático de la UPAV; al licenciado Fernando Mendoza, patrocinador y jugador del equipo Real Rojos de Acayucan; CP Raúl Rosas, promotor y patrocinador del beisbol playero.
A la maestra Aurora Puig May, directora del Club de Gimnasia Levic; al ingeniero Wilbert Alvarez, presidente de los Delfines de la TDP; profesor Alejandro Fuentes, impulsor de las actividades deportivas en las EST de la Zona Sur; y a la familia deportista de Coatzacoalcos en general.
A todos ellos mis mejores deseos, y que el 2025 esté lleno de bendiciones, éxitos y mucha salud.
Bienvenido año nuevo.
Hasta la próxima SDQ
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