Actuar de forma resiliente es aprender a levantarse, ver las oportunidades que nos presenta la crisis para hacer cambios positivos en nuestras vidas.
A continuación te comparto algunas de las características más notables de las personas resilientes:
Autoconocimiento y autoestima: Es segura de sí misma y reconoce sus talentos y fortalezas.
Sociabilidad: Mantiene relaciones interpersonales satisfactorias, dedica tiempo a la familia y los amigos y cuenta con una buena red de apoyo emocional.
Autonomía y responsabilidad: Se hace cargo de sí misma, no culpa a otros por lo que siente, piensa o hace.
Optimismo: Ve el lado positivo de las cosas, las personas y las situaciones.
Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre: Acepta que las cosas no siempre resulten como quiere o espera que resulten, sin sentir un malestar importante ni duradero.
Autocuidado: Cuida su bienestar general, físico, emocional, social y espiritual; mantiene el balance, dedica tiempo al ocio y el descanso.
Tiene metas personales: Es estructurada y enfocada, planifica, sabe a dónde quiere llegar, hace lo que dice que va a hacer y persevera para lograr sus metas.
Adaptabilidad al cambio: No se resiste a los cambios, ni se lamenta por estos, actúa para adaptarse a lo nuevo.
¿Tienes algunas de estas cualidades? ¿Qué puedes hacer para desarrollarlas?
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