Para llevarse bien no se necesitan las mismas ideas, se necesita el mismo respeto”.
Anónimo
Nos está tocando vivir en un mundo bastante conflictivo. Se han perdido valores muy importantes y eso afecta seriamente la vida de todos los que lo habitamos.
El que tiene cierto poder, se siente superior y cree que puede mostrar su superioridad siendo prepotente sin tener consideración ni respeto hacia las personas. Se siente en una posición diferente y es triste ver como hace sentir humilladas y desestimadas a esas personas.
El problema de la intolerancia es una falta total de respeto a la individualidad de una persona. Esa falta de respeto conlleva a no comprender y ser impacientes. Esto sucede en todos los ámbitos de la vida. Pero ¿qué es el respeto? Respeto significa no imponer nuestra voluntad o ideas sobre otro.
Para ello debemos de comenzar por entender que somos diferentes y tenemos puntos de vista diferentes. Poseemos un libre albedrío. Somos individuos. Hay que aceptar que como seres humanos todos estamos sujetos a equivocarnos y por eso mismo tenemos que ser flexibles.
Cuando damos respeto, también nosotros nos respetamos. Consideremos que el respeto es una de las bases en las cuales se sustenta la ética y la moral, por esa razón es que es tan importante que seamos respetuosos. Si no es así, no sabremos ser tolerantes ni pacientes con nadie.
Hoy es muy común escuchar la frase: “no tolero a esa persona”. Esto es serio, sobre todo cuando se da en el ámbito de la pareja. Esta es señal de que se ha perdido el amor y el respeto y esa relación pronto terminará.
Por desgracia, hay también hijos que ya no toleran a sus padres porque ya son ancianos. Es muy triste, pero esto sucede más de lo que imaginamos. Los padres merecen respeto y atención porque ellos dieron mucho para formarlos, pero cuando estos llegan a viejos, los ven como un estorbo y por lo tanto, ya no los toleran y andan buscando a quien endilgárselos pues no les tienen paciencia y los tratan mal.
Hay un cuento llamado “La media Cobija”. Haciendo un breve resumen, se trata de un padre anciano que se va a vivir con el hijo, pero éste le dice que no tiene suficiente espacio en la casa, por lo tanto, lo manda a dormir en el patio. Así, pide a su hijo pequeño que le traiga al abuelo una cobija.
Para su sorpresa, el niño trae la cobija, luego busca una tijera y la corta en dos pedazos. El padre sorprendido le dice al niño: “¿Qué haces?” A lo que el niño responde, estoy cortando la cobija para guardar la mitad para cuando tu seas viejo y vengas a vivir conmigo.
Así es la vida, nos devuelve lo que damos. ¿Sabes por qué? Porque tenemos un Dios justo y mira nuestras acciones, conoce nuestro corazón y sabe cuándo somos injustos. No se equivocó Jesús cuando dijo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Esto lo deberíamos de practicar a diario
¿Queremos un mundo diferente? Comencemos por cambiar nosotros mismos, cambiemos todo aquello que hace daño. Si queremos respeto, demos respeto. Si queremos tolerancia, aprendamos a aceptar a todos respetando su individualidad.
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