"Los casi cristianos"

¿Cómo está usted?

Afectuosamente lo invito a que nos acompañe los domingos a las 11.30 a nuestras reuniones en La Iglesia Cristiana Bíblica AGAPE de La Llave 1002, casi Aldama.

Hubo una vez un rey llamado Agripa. La historia lo registra como Agripa II y reinó en Judea por el año 50 d.C. Era un hombre de vida licenciosa que vivía incestuosamente con su propia hermana Berenice y era un pelele a las órdenes del César Augusto. Este rey se encontró en una situación que cambió el destino eterno de su vida y eso ocurrió cuando El Apóstol Pablo le hizo ésta sencilla pero crucial pregunta: “¿Crees a los Profetas?”.

Agripa era judío y por tanto debía creer en La Palabra de Dios, sin embargo colocó en una balanza su poder como rey, sus lujos, riquezas y placeres y en el otro lado al Señor JESUCRISTO y su vida misma y ¡Tragedia de tragedias: prefirió lo primero desechando la oportunidad de salvarse eternamente. Por ello le contestó así a Pablo: “¡Por poco me convences de ser Cristiano!”

¿Qué le parece ésta historia de la vida real, mi amable lector? Puede leerla en el capítulo 26 del Libro de Hechos en La Biblia.

Hace tiempo éste fue mi Sermón en mi amada Iglesia AGAPE y nos enseña la gran tragedia de haber estado a punto, en el umbral mismo de La Vida eterna y no atreverse a dar el paso definitivo.

¡Son millones los que, al igual que el rey Agripa, “por poquito se convierten al Señor!”

En éstos 43 años que llevo de caminar la Senda Cristiana he visto a cientos de hombres y mujeres que oyen La Palabra de Dios, se conmueven ante Ella, sus ojos se llenan de lágrimas al escuchar del infinito Amor de Jesús, se agradan del ambiente fraternal que reina entre nosotros y se gozan con los Himnos que entonamos pero nada más.

El saber de Su Crucifixión y gloriosa Resurrección llega a sus corazones pero en el momento de decidir arrepentirse de sus pecados y entregarles sus vidas titubean, comparan al Señor con sus comodidades, su posición social, sus pecados y aún sus religiones y eligen rechazar la Oferta de Perdón y Vida Eterna que El les ofrece.

El les extiende Su Mano amorosamente en Señal de Perdón y Reconciliación mas prefieren dejársela extendida en una ofensa gravísima que un día les llevará a la perdición perpetua.

En cambio, aunque somos minoría, sumamos millones los que, colocados en esa línea divisoria de trascendencia eterna hemos reconocido nuestros pecados, nos hemos humillado ante El rogándole Misericordia y no sólo nos ha recibido sino perdonado de toda maldad pues prometió no rechazar a nadie que a El acudiera (Juan 6:37).

Una de las cosas que mas ha de torturar a Agripa desde hace dos mil años es recordar qué cerca estuvo de La Salvación y cómo la despreció por sus deleites temporales. Su lamentación desesperada y amarga, al igual que la de miles de millones, es demasiado tardía y durará por los milenios de milenios.

Al despedirme por hoy ¿me permite unas cariñosas, respetuosas pero urgentes preguntas?

¿Ya hizo su decisión por El Señor JESUCRISTO? ¿Se ha puesto a pensar cuántas veces ha escuchado Su Mensaje de Amor y ha postergado su decisión afirmativa? ¿Y si ésta fuera la última oportunidad que se le presenta qué le diría? ¿Lo aceptaría o rechazaría?

No pretendo ser fúnebre pero la muerte nos ronda y está a centímetros de nosotros.

Fue Jesús Quien dijo así: “A todos los que me acepten delante de los hombres Yo también los aceptaré delante de Mi Padre y Sus ángeles pero a todos los que me nieguen delante de los hombre Yo también los negaré delante de Mi Padre” (Mateo 10:32-33)

¿Me admite un consejo de amigo que me siento de usted?

¡Aprenda del error de Agripa y no lo cometa: si hoy ha oído La Voz de Dios llamándole no endurezca su corazón! ¡Ríndaselo hoy mismo para su felicidad eterna pues mañana, se lo digo muy seriamente, mañana podría ser demasiado tarde para usted!

Gustosamente lo atenderé en el 921-268-4419.

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¡Que Dios lo bendiga mucho!