Por David Caba Vinagre
Columna:

Las posadas y la rama de antaño

2022-12-20 | 05:05 p.m.
Las posadas y la rama de antaño
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Nos encontramos a pocos días de concluir nuestro actual ciclo terrenal (año). Por ello es conveniente reflexionar sobre las actividades que nuestra comunidad ciudadana de antaño acostumbraba efectuar, con el objeto de festejar y evaluar el año que termina.

Y con ello renacer en el ya próximo ciclo anual 2023 con más entusiasmo, para mejorar nuestras fortalezas y rebasar las debilidades o fracasos ocurridos en el actual 2022.

Una de esas costumbres que antaño realizábamos los porteños de origen; en su caso El Barrio de Las Escolleras.

Además de la ‘cantada de las casitas’ que correspondía a los niños (comentada en la edición anterior).

También las familias completas acostumbrábamos efectuar las ‘posadas vecinales’.

Que consistían en pedir posada, año con año, a partir del del 16 al 24 de diciembre, esto sucedía, cuando la familia que había efectuado la posada el año pasado tenía que pedir posada en el domicilio de la familia que hubiese aceptado ser la anfitriona para hacer la posada del presente año.

De tal manera que la familia anfitriona del año pasado y vecinos invitados efectuaban un recorrido en procesión hacia la nueva posada anfitriona; peregrinos quienes acompañaban y personificaban a José y María. Procesión que al llegar al nuevo domicilio pedían posada, con el fin de protegerse de la persecución de la cual eran objeto.

Posteriormente se efectuaba una convivencia vecinal que incluía la degustación de bocadillos, golosinas de la temporada fría, bebidas calientes (ponche) así como la quebrada de las piñatas. Incluso algunas familias se cooperaban e incluían alguna marimba o grupo musical, por lo que, la posada concluía con un baile popular.

Fiesta que por lo regular ocurría los 23 de diciembre por la noche, que era el momento de colocar al niño dios en el pesebre de la familia anfitriona.

Dos de las familias que participaban en procesión o como anfitrionas de las posadas año con año, recuerdo, eran la familia Cansino Cortes que vivía en la segunda calle de Francisco I. Madero y, la familia Romaní de la primera calle de Diaz Mirón (dato proporcionado por don Luis García, entrevistado y avecinado en la calle Diaz Mirón).

LA RAMA

Otra costumbre prenavideña, era la ‘cantada de la rama’.

Actividad que consistía en un recorrido por parte de grupos jaraneros, quienes visitaban los domicilios familiares o negocios comerciales.

En donde cantaban las pascuas al niño dios, cargando una rama de árbol natural, adornada con globos y otras confecciones vistosas. Quienes, igual que los niños de las ‘casitas’ pedían su aguinaldo.

Claro después de actuar cantando y bailando dos o más sones jarochos, además de las pascuas al niño dios.

  • Continuará  
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