La historia vuelve a repetirse

Hace algunos años, el gobierno mexicano era propietario de hoteles, flotas pesqueras, las principales líneas aéreas, canales de televisión, los ferrocarriles, una fábrica de cigarros, un cabaret, tiendas departamentales y de autoservicio, una comercializadora de productos básicos. Manejaba también los aeropuertos, los bancos, los ingenios azucareros, los teléfonos, los astilleros, una empacadora de pescado, una fábrica de camiones, otra de carros de ferrocarril, una más de coches y además era dueño hasta de los cines. Esto aparte de la Comisión Federal de Electricidad y de PEMEX

Mal administraban dichas empresas los políticos, sus parientes y sus amigos, quienes sin contar con las capacidades necesarias para desempeñar medianamente los cargos asignados, se dedicaban al saqueo de las empresas paraestatales.

No había rendición de cuentas, no se exigían resultados, ni se imponían sanciones a los ladrones ni a los incapaces. El manejo discrecional que se daba a tales empresas era tan malo, que la mayor parte de éstas perdían dinero y para medio mantenerlas a flote había que inyectarles anualmente miles de millones de pesos provenientes del erario público.

Conclusión, íbamos directo a la bancarrota manteniendo empresa inviables por su ineficacia, exceso de personal, mala administración y el saqueo descarado de sus recursos.

Cuando llegó a la presidencia Carlos Salinas de Gortari decidió deshacerse de todo lo que pudo. Hay quienes afirman que malbarató las cosas y otros que benefició a sus amigos. Suponiendo que esto haya sido así, la realidad es que libró al país de una pesada carga que teníamos que pagar entre todos los mexicanos.

Siguiendo un camino opuesto al del presidente de la república, el gobierno del estado de Veracruz compró en esa época gran cantidad de maquinaria pesada bajo el supuesto de reducir los costos de las obras públicas que ellos harían directamente.

No escucharon las autoridades estatales las advertencias de quienes integrábamos la directiva de la entonces Cámara Nacional de la Industria del Construcción que oportunamente les dijimos que esas supuestas buenas intenciones terminarían fracasando.

Muchos políticos influyentes aprovecharon la maquinaria oficial para hacer trabajos en sus propiedades sin pagar la renta del equipo o pagando cantidades ridículas que no compensaban su desgaste. Parte de la maquinaria convertida en chatarra quedó pronto abandonada en un terreno de la Ciudad Industrial Bruno Pagliai. El cobertizo que la resguardaba de la intemperie se cayó por la corrosión y la falta de mantenimiento. La predicción hecha, lamentablemente se cumplió al pie de la letra.

Esa triste historia vuelve a repetirse en esta administración. El Banco del Bienestar propiedad del gobierno federal, tiene la mayor cartera vencida de todos los bancos del país. Muchas de sus sucursales no tienen ni siquiera internet. Otras ya han sido saqueadas y desvalijadas.

El mismo gobierno ahora operará el Tren Maya, el Ferrocarril del Istmo y revivirá a Mexicana de Aviación, poniendo a militares a manejar esas empresas.

Vuelve a repetirse la misma historia y a recorrerse el mismo camino que nos llevó a fracaso. El gobierno debe gobernar, no mal administrar empresas.

Dicen quienes acostumbran reflexionar sobre estos temas que si se repiten los mismos procesos, se obtendrán exactamente los mismos resultados.

Para variar, los ciudadanos acabaremos pagando los platos rotos de todas las ocurrencias de los políticos. ¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias, buen fin de semana y felicidades anticipadas a todas las mamás, porqué el martes próximo con toda justicia se les celebra su día.