Entender, atender y prever, la economía



Entender, atender y prever, la economía

Más que datos o nombres de personas, vale la pena reflexionar acerca de la complejidad de las situaciones que se nos presentan; y, desde luego, sobre retos y dificultades, así como de ventajas y oportunidades. Qué y cómo hacer las cosas es determinante.

Hay quienes aseguran, que los efectos de la pandemia han sido superados; otros que sostienen que poco o nada hemos aprendido, ni vamos a aprender si no se actualiza la capacidad de saber y conocer, para decidir bien y a tiempo. Mucho por analizar y conocer de esa nueva realidad, que ya exige atención inmediata.

Sobre todo, urgen resultados positivos comprobables, porque entre crisis económica e inflación, se ha probado y comprobado, que se facilita a la población, sacrificio y perdición.

No más dominio de la ignorancia y el desconocimiento; tampoco de la simulación y la distracción, para mantener desinterés y distracción públicos. Oportuno recordar y tener siempre presente, las limitaciones, daños y perjuicios que ocasiona, el comportamiento insensible, irresponsable y contraproducente de las ocurrencias o decisiones infundadas, incompletas o equivocadas.

En todo caso, conocimiento y efectividad se debilitan o escapan, ante la incapacidad y falta de interés gubernamental y social en saber que pasa y cuál es la situación actual; sobre todo, si se ignora y desatiende el sentir individual y colectivo en estos temas. Más aún cuando no hay políticas económicas gubernamentales consistentes y efectivas, cuando los problemas se agravan y las soluciones se complican.

En todo caso, también se sabe y sostiene que los hechos, lo que sucedió, y ahora forma y transforma la realidad actual, no ha sido lo suficientemente analizado, entendido y aprendido, pues siguen predominando las conocidas expresiones discursivas oficiales, así como las mismas o similares políticas y actividades oficiales. No más rollo para impulsar el desarrollo; no más de lo mismo, o peor,

En este contexto, una de las cuestiones centrales es como conocer y entender esa realidad actual que reclama una pronta y eficiente atención, sobre todo en cuanto a las actividades económicas prioritarias y las de grandes potencialidades y oportunidades.

¿Cómo atender y fortalecer, al mismo tiempo, crecimiento y bienestar, inversión e innovación, consumo y ahorro? ¿Cómo garantizar seguridad pública, salud, educación y recreación? ¿Y qué se necesita para garantizar a más y más, mejores empleos, salarios y prestaciones?

Ciertamente es y será más difícil con la creciente inflación. Enero presenta desde ahora múltiples retos y complicados problemas. Los efectos de la crisis económica siguen presentes y en muchos casos crecientes. Persisten aumentos de precios; ingresos y salarios insuficientes; falta de fuentes de ocupación y empleo, subempleo y desempleo en aumento; inseguridad latente y finanzas públicas insuficientes; y, desde luego más informalidad y empobrecimiento evidentes. Todo esto y más obligan a encontrar o actualizar tanto las formas de estructuración y funcionamiento institucional, como sus instrumentos y actividades, políticas y programas en todos los ámbitos de gobierno (federal, estatal y municipal).

En fin, a pesar de las indiscutibles y graves afectaciones a productores y consumidores, a empresarios y trabajadores, y a la población en general, se reactiva la economía, se avanza en la recuperación y se avizora una etapa de crecimiento nacional que, hay que insistir en decirlo, no será igual a la de otros tiempos. ¿Y la reactivación y crecimiento de estados y municipios, cuándo?

Lo importante es informarse y saber, que se incorporan algunas decisiones gubernamentales federales para asegurar y expandir estabilidad y crecimiento; pero sobre todo, entender que sigue siendo, uno de los retos mayores, asegurar y estimular las inversiones, para fortalecer la economía y aprovechar más y mejores oportunidades, ante una creciente demanda de ocupación y empleo, de ingresos y salarios, de gasto e inversión gubernamental. El combate y reducción de la pobreza es posible, necesita de todos y cada uno, pero además de una coordinación y sincronización en el logro de los objetivos y metas comunes. Tener siempre presente que sin inversión no hay impulso al crecimiento.

El esfuerzo continúa, injusto desconocer o minimizar las aportaciones personales y colectivas, empresariales y gubernamentales, y las de la sociedad civil. Logros y avances, cuando los hay, cuestan mucho y hay que defenderlos.

Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH



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