EL POPULISMO A DEBATE

Del 24 al 27 de junio se llevó a cabo en la Cámara de Diputados el Tercer Encuentro de Estoicismo en México. Democracia y Populismo Antiguos y Modernos. Se trata del tercer encuentro filosófico en el que se ha dedicado a plantear el estoicismo desde distintos enfoques. El primer encuentro versó sobre las implicaciones políticas de esta corriente de pensamiento; el segundo encuentro se desarrollaron temas relativos al humanismo en la economía, el existencialismo y la literatura estoica. En este Tercer encuentro se contó con la participación de importantes ponentes como Atilio Borón de la Universidad de Buenos Aires, José Luis Moreno Pestaña de la Universidad de Granada, Antonio Hernández Curiel de la Universidad Autónoma Metropolitana, Gerardo Ramírez Vidal de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luciano Canfora de la Universidad de Bari, así como funcionarios de la Cámara de Diputados.

A invitación de Ismael Carvallo Robledo Director del Espacio Cultural San Lázaro a participar en dicho evento, preparé una participación relativa a dejar establecidas algunas premisas sobre lo que el populismo no es y que a continuación procedo a desarrollar como una síntesis de la misma.

La ponencia se denominó Mitos Populistas en virtud de que el populismo es un término ambiguo e indefinible y por lo tanto manipulable en los diversos aspectos de la vida política. Tan indefinido es que se ha cargado de mitos que lo alejan de la realidad.

Desde una perspectiva materialista, existen mitos luminosos, (como el mito de la caverna de Platón), mitos oscurantistas (como el mito de la creación de Adán a partir del barro, así como el mito de la creación de Eva a partir de la costilla de Adán), y los mitos ambiguos o claroscuros, que son aquellos que admiten interpretaciones opuestas en el que podemos ubicar al populismo.

Dentro de los mitos que envuelven al populismo está el de la tiranía de un solo hombre en donde la política se reduce al dominio de una sola persona, cuando el poder de un solo hombre no existe, no en la real politik, no hay líder monolítico, la política es el enfrentamiento de un grupo sobre otros.

También se ridiculiza el populismo al extremo al señalar a los votantes como tontos. En nuestro país es el argumento de los comunicadores y la comentocracia televisiva. Lo pudimos ver con los resultados de las pasadas elecciones que con tonos apocalípticos acusaron a los electores de ser culpables de regresar al pasado autoritario (de atarse las cadenas nuevamente).

Otro mito que gira en torno al populismo es aquel que dice que es un peligro para la democracia cuando realmente existe una gran diversidad de opiniones, formas de vida e intereses particulares a la que se le conoce como pluralismo; una realidad que es evidente y a la que sería ingenuo enfrentarse.

Como señala Adriano Erriguel, tampoco es cierto que los populistas pretendan ser los únicos representantes del pueblo. Lo que sí aseguran es que ellos son los que mejor conocen – los que mejor interpretan – el bien común del pueblo. Y piensan que, a través de los métodos democráticos de deliberación, pueden llegar a cambiar la opinión de los discrepantes. Lo que no tiene nada de extraordinario. ¿Acaso los partidos convencionales no han hecho lo mismo?

Otro mito oscuro en torno al populismo es la molestia que causa el vocablo “pueblo”; invocarla resulta para muchos una palabra obscena. Ahora se prefiere hablar de “ciudadanos” o “ciudadanía”, sin embargo, el pueblo existe tanto en nuestra Constitución que lo establece como depositario de la soberanía nacional, como de manera física por sujetos corpóreos vivos. Para Arnaldo Córdova, la autoridad del pueblo es incontrovertible, irresistible, inalienable, imprescriptible, exclusiva, intransferible y absoluta para decidir el destino de la Nación en que se nace. Es un derecho inalienable, nada ni nadie puede esperar que el pueblo soberano le ceda ese derecho que es, además, imprescriptible, vale decir que no tiene término en el tiempo, es eterno, lo que me lleva a lo que en su momento Gustavo Bueno señaló: “El pueblo es el conjunto de los ciudadanos vivos, en el presente, que intervienen en la vida pública; la Nación política incluye además a los antepasados (a los muertos) y a los descendientes, a los padres (a la Patria pretérita) y a los hijos y descendientes (a la Patria futura)”.

No debemos olvidar que en México desde el año 2006 y con la primera candidatura a la Presidencia de la República del actual Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, el tema cobró particular relevancia en la escena política, en los discursos de los políticos y en los mensajes televisivos, provocando o al menos intentando provocar una especie de rechazo o miedo. Tres campañas después, un gobierno distinto y unas elecciones con gran respaldo popular el tema es relevante para nuestra vida política, porque nuestro México ya no es el mismo.