- De 6 municipios del distrito 30, van cuatro hombres en designaciones de Morena
- Manuel Huerta: desnuda el "teatro electoral"
- AL OÍDO: Pedro Miguel: A sacarla del estadio
Para Morena, el distrito electoral 30, que abarca 6 municipios, está complicándose en la tan cacareada equidad de género que se practica en la designación de sus candidatos o promotores del voto.
Hasta el momento, en el distrito 30, de seis posibles designaciones, cuatro han recaído en hombres y ninguna en una mujer.
Hasta hoy, hay candidaturas masculinas en Las Choapas, Agua Dulce, Moloacán y Coatzacoalcos.
Quedan por revelarse los nombres y géneros de municipios como Nanchital e Ixhuatlán del Sureste.
Dos enclaves donde los candidatos más fuertes son hombres, de ahí que se dude que Morena coloque a mujeres para competir con ellos.
Elvis Ventura y Raúl González Martínez, de Movimiento Ciudadano, llevan ventaja.
Un panorama complicado para Morena que desbalancea la equidad de género que pregona en su discurso.
Por lo pronto, tras la eliminación de Lenis Domínguez Ramos en Moloacán, al tres veces alcalde priista Omar Ricardez Chong, la vida le volvió a sonreír.
Al tener uno de los rivales más débiles en la competencia electoral y la casi inevitable llegada a su corral de morenistas molestos por la designación de Eleazar Alcántara, aumentaron sustancialmente los porcentajes de una posible victoria de la candidata del PRI en el próximo proceso electoral.
¿Por fin podría ver en la silla municipal a Doña Tere, su esposa, quien ya tiene el registro como aspirante a la alcaldía de ese municipio?. Veremos.
Así las cosas en el sur de Veracruz.
NEPOTISMO Y CHAPULINEO: LA DEFORMACIÓN DE LA DEMOCRACIA ELECTORAL
El proceso electoral en curso ha sacado a la luz una de las peores deformaciones de nuestra democracia: el nepotismo disfrazado y el descarado chapulineo en la designación de candidaturas.
Lo que debiera ser un ejercicio de representatividad y compromiso con la ciudadanía se ha convertido en un juego de sillas donde los beneficiarios no son los votantes, sino los grupos de poder.
El senador de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, ha denunciado que dentro de las candidaturas de su partido - Morena- hay "colados": tesoreros, secretarios, contralores y hasta choferes que, sin menoscabo de sus capacidades individuales, han sido favorecidos por su cercanía con el poder.
Más grave aún es la estrategia de colocar parientes en suplencias, una jugada que, aunque no viola de manera directa las reglas de elegibilidad, las desvirtúa por completo.
El caso de Tlalnelhuayocan es solo la punta del iceberg. La alcaldesa, en un acto que raya en el cinismo, ha tratado de imponer a su cuñada mediante una "separación fingida", como si un documento legal pudiera anular la obviedad de su parentesco.
Es un reflejo de la creatividad política cuando se trata de burlar el espíritu de las leyes, una práctica que socava la confianza en el sistema y que no es exclusiva de un solo partido o región.
A la par del nepotismo, el chapulineo sigue siendo un fenómeno en auge. Políticos que ayer militaban en un partido hoy aparecen como candidatos de otro, sin mayor argumento que la conveniencia electoral.
Lo preocupante no es solo la falta de coherencia ideológica, sino la manera en que estas prácticas convierten a la política en un mero intercambio de favores y cargos, sin compromisos reales con la ciudadanía.
El problema de fondo es que el electorado, cansado de estas maniobras, empieza a ver la política como un círculo cerrado donde las reglas están hechas para ser dobladas. Se mina la credibilidad de los procesos democráticos y se refuerza la percepción de que la elección no es entre propuestas, sino entre redes de influencia.
La promesa de Manuel Huerta de revelar una lista completa de municipios con casos de nepotismo podría ser un primer paso, pero la verdadera transformación solo vendrá si la ciudadanía deja de ser un espectador y se convierte en un juez exigente de la coherencia y la transparencia.
De lo contrario, seguiremos viendo este mismo teatro electoral, con los mismos actores, solo cambiando de asiento en cada elección.
AL OÍDO
Ayer, en la entrevista con el director general de Diario del Istmo, el CAP Héctor Robles Barajas, el promotor del voto de Morena, Pedro Miguel Rosaldo García, vertió interesantes conceptos sobre lo que debe ser la administración pública de un municipio.
Habló de la generación de un Plan Maestro que atienda en la transversalidad y verticalidad la problemática que enfrenta la ciudad.
Se dice parte de una nueva generación que va más allá de la praxis del discurso y que ahora busca operar con resultados.
En términos de su intención de trascender, fue claro: "Venimos a sembrar, no a cosechar".
Y fue más allá al asegurar que lo que pretende con Coatzacoalcos, en términos beisboleros, es "sacarla del estadio".
Hoy busque usted en las páginas de Diario del Istmo la interesante entrevista.
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