Desde abril, cuando fue filtrado a un diario capitalino una indagatoria de la FGR en su contra por presuntas irregularidades durante su administración como director general del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares no hacía uso de las redes sociales hasta el pasado lunes, cuando expresó sus condolencias por el deceso del Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes. Ayer, el exmandatario panista volvió a tuitear por la nueva orden de aprehensión que la Fiscalía General del Estado ejecutó en contra de su exsecretario de Gobierno, Rogelio Franco, a quien ahora le imputan los presuntos delitos de extorsión, abuso de autoridad y contra la administración de justicia, cometidos supuestamente en agravio de Arturo Bermúdez Zurita, exsecretario de Seguridad Pública.
Yunes acusó que el gobierno de Cuitláhuac García “promueve acciones penales contra funcionarios de mi administración ‘acusándolos’ de haber participado en la recuperación de recursos económicos y bienes que fueron entregados por colaboradores y cómplices de Javier Duarte para ser incorporados al patrimonio de Veracruz, de donde habían salido”.
“Es una injusticia y también una clara manifestación de complicidad con quienes saquearon a Veracruz y lo llevaron a la mayor crisis de su historia”, enfatizó, reiterando que “Rogelio Franco y Bernardo Segura (exsubsecretario de Finanzas) son víctimas de esta brutal e injusta persecución”.
“Son presos políticos, no delincuentes”, remarcó Yunes en su cuenta de Twitter, soslayando que también, durante su corta administración (2016-2018), fueron perseguidos y torturados exfuncionarios duartistas que finalmente obtuvieron el amparo de la justicia federal.
Vueltas que da la vida, pues, resulta que ahora las “víctimas” son los victimarios de ayer, y los victimarios del antepasado… ¡son las “víctimas” de hoy!
Y es que Bermúdez, quien es la “víctima” de Franco, para muchos resulta indefendible, ya que aparte de su enriquecimiento inexplicable fue implicado en el sexenio duartista en casos como el de Gibrán David Martíz Díaz, un joven cantante de “La Voz México” secuestrado, torturado y ejecutado en enero de 2014.
Su padre Efraín Martiz Aguirre reveló que el agente del Ministerio Público, Guillermo Bencomo, se negó a entregarle una copia de la averiguación previa (AP-045E-2014*13-06-2014-049547-Z), pero que logró fotografiar varias páginas en las que se encontraba una relación de llamadas desde el celular de Gibrán (2291065252).
Según los documentos, el teléfono estuvo siendo “encendido” y “apagado” desde el día de la sustracción de su hijo y de su amigo Luis Eduardo Caballero, un joven alvaradeño que había discutido en una discoteca de Xalapa con Alan Román Mendoza, hijastro de Bermúdez.
De acuerdo con Efraín Martiz, el localizador GPS del celular de su hijo registró las coordenadas de tres distintas direcciones entre el 7 y el 12 de enero, antes de que aparecieran los cadáveres a un costado de la carretera Conejos-Huatusco: uno fue el lugar donde fueron secuestrados, en la avenida Ferrocarril Interoceánico; otro en el conjunto residencial “Las Ánimas”, donde, dijo, “sé que ahí vive el titular de la SSP, Arturo Bermúdez”, y uno más en la Academia de Policía de El Lencero.
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