Jorge Tejeda asegura que no dudaría ni un segundo en ser bombero si volviera a nacer, a pesar de los riesgos y sacrificios que implica esta labor.
Hace 30 años es que decidió unirse a las filas de esta corporación, pues la calle Román Marín de la colonia Manuel Ávila Camacho, era paso obligatoria para trasladarse a su escuela.
Jorge Tejeda Girón se enamoró a "primera vista" del trabajo que hacían Heroico Cuerpo de Bomberos y como salían las unidades con las torretas encendidas para trasladarse a una emergencia.
No lo pensó ni dos veces, y decidió en primera instancia ser voluntaria, y aprender lo básico de un bombero, hasta tener actualmente el cargo de segundo comandante.
El comandante "Tejeda" como es más conocido en los pasillos del cuartel, dice que no podía dar el significado de la palabra bombero, porque para eso, hay que vivirlo en carne propia.
"A grandes rasgos, es una satisfacción muy grande como persona, saber que puedes ayudarlos en cualquier situación de emergencia, o cualquier tipo de apoyo", expresó.
Aún recuerda con un poco de humor, pero también como una anécdota que le dejó una gran lección, la primera emergencia que le tocó atender como bomberos.
"Era un manojo de nervios en aquel entonces, me acuerdo que mi cabo de guardia me arropó y me dijo que solo hiciera lo que le me indicara, y salió todo bien, a la perfección durante el combate a un incendio en una casa, ese día está lloviendo", recordó.
Lo más complicado de ser bombero, confiesa que es el tiempo, porque se ha perdido en infinidad de ocasiones pasarla con su familia.
Durante el tiempo como bombero, afortunadamente no le ha tocado perder ha perdido a algún compañero durante la atención a alguna emergencia.
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