Como propone la psicóloga clínica Judit March, todos necesitamos vincularnos a otras personas con quienes percibimos que tenemos una relación duradera e incondicional. El problema comienza cuando ese sentimiento de bienestar, seguridad y autoestima, dependen completamente de la otra persona.
El psicólogo Walter Riso, en su libro Desapegarse sin Anestesia, nos dice que este el apego es el principal motivo de sufrimiento de la humanidad, ya que “crear una relación dependiente significa entregar el alma a cambio de un falso placer y seguridad”. Es decir, las personas con apego “están a la sombra de su amo”.
Es un vínculo primario muy fuerte que podemos establecer desde nuestra infancia, porque es en esta etapa cuando se afianzan conductas que van a determinar nuestra forma de ser y actuar en la adultez. Suele pasar entonces que aquellos niños que no desarrollaron independencia o apego afectivo, en la adultez, presentan miedo al abandono, miedo al rechazo, inseguridad, baja autoestima, entre otros.
Te recomiendo revises si estos patrones te identifican:
¿Te sientes identificado/a con el apego emocional? ¡No te preocupes, que es posible cambiar! Se trata de trabajar mucho más en tu autoestima, autovaloración y seguridad.
Es importante tu propia autorregulación emocional para entender tu apego. Establece límites, aprende a priorizarte. Y sobre todo, practica la autocompasión.
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