La reconstrucción en 2007 y su modernización en 2020 del mercado ‘Benito Juárez’ con una inversión total de más de 18 millones de pesos, no ha sido suficiente para que el edificio sea funcional.
En 2007, durante el gobierno del entonces alcalde Agustín Aguilar Ibarra, la central de abasto fue demolido y posteriormente construido, para la cual se solicitó un préstamo de Banobras de 12 millones de pesos y con la cual se endeudó al municipio por 10 años.
Durante su último día de administración Aguilar Ibarra intentó entregar de manera ‘exprés’ el inmueble a los locatarios, pero ninguno de ellos lo aceptaron porque supuestamente la obra fue mal construida y corría el riesgo de venirse abajo.
Fue en el año 2020, cuando el gobierno de Sergio Guzmán Ricárdez, decide invertir 6 millones de pesos más para modernizarla y colocar los sistemas eléctricos e hidráulicos que ya habían sido robados, para dejarlos en óptimas condiciones para su apertura.
Desde que fue demolida y posteriormente construida, tuvieron que pasar 13 años para que se volviera abrir, fue entonces que el 30 de diciembre de 2020 se levantaron las cortinas y los locatarios pudieron realizar sus primer ventas, luego de numerosas investigaciones por el Orfis por presentar irregularidades en las administraciones anteriores.
Actualmente, de los 178 locales están siendo utilizados 25 de ellos, en su mayoría en la planta baja, mientras que en la alta, solo están habilitados tres, una vendedora de trastos, un relojero y otro de producto de belleza.
El piso superior al estar desocupado, se convirtió en un palomar, donde el excremento, telarañas y basura invaden las escaleras, barandales y puesto, luce completamente abandonado a diferencia de la planta baja.
Los vendedores y clientes pueden enfermar, debido que las heces de las aves son nocivas para la salud, según estudios de especialistas, revelan que: “el excremento de paloma, puede transmitir cuando se inhalan, hongos Cryptococcus, responsables de enfermedades como la infección pulmonar y del sistema nervioso central”.
El vendedor de carne roja del mercado Juárez, Walter Montero Félix, explicó que al no ser ocupado todos los puestos, la población a dejado de acudir a este mercado, razón por la cual sus ventas se han disminuido.
Explicó que ahora solo están comercializando apenas el 20% de su venta total en comparación de lo que lograban cuando se encontraban en el anexo del mercado Campesino ubicada en el área del Repasto.
“Del medio cerdo que tengo para vender, solo he vendido 50 pesos en tres días, pero aquí seguimos no porque nos deje mucho dinero, sino por la pasión que tenemos a nuestro trabajo”, narro otro vendedor.
Montero Félix, precisó que, para no perder su clientela, ahora él tiene que vender bolsas con verduras para preparar en caldo de res, debido que en todo el edificio no hay un puesto que venda hortalizas o legumbres.
Otro de los factores que ocasiona que acudan pocos clientes a este mercado ubicado en pleno Centro de la ciudad, es que no se proyectó la construcción de un estacionamiento, lo que obliga a las amas de casa a llegar caminando, debido que no hay cajones de estacionamiento para todos los consumidores.
Aseguraron que los locatarios no han querido cambiarse a los nuevos locales, debido que en la pasada administración, no pudieron cubrir el pago del traspaso.
Los locatarios, responsabilizan de esta situación al regidor con la comisión de mercado, José Domínguez López, debido que hasta el momento no tenido ninguna reunión con ellos, ni mucho menos ha aplicado una estrategia para que los locatarios sean reubicados en sus puestos.
Incluso, dos años después de haber recibido la última inversión de 6 millones de pesos, una de las cuatro cortinas de la planta baja ya no funciona, presenta una fractura en la lámina en la parte más alta lo que impide levantarse.
Por tal razón, permanece cerrada, pero con estas altas temperaturas se convierte en un verdadero horno, además que permanece a obscuras la zona de fondas.
Los vendedores consideraron que, para reactivar sus ventas, todos los puestos deben ser ocupados, razón por la cual solicitaron a las autoridades, que esos espacios sean donados a la ciudadanía que los quiera trabajar.
“Si los puestos no quieren ser ocupados por los locatarios, pues que se los den a otros que, si quieran trabajarlos, si se ofrecen más productos en el mercado más gente llegara”, sostuvo uno de ellos.
Por último, también advirtieron que, de seguir sus ventas muy bajas, están dispuestos a regresar al anexo del mercado Campesino, donde sus ingresos eran mejores, aunque las condiciones de insalubridad eran de consideración.
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