Tras un año y tres meses de tensiones y negociaciones, finalmente se alcanzó la resolución que pone fin al conflicto entre los habitantes de cinco colonias y las dependencias del gobierno federal quienes pretendían ocupar 20 metros de ambos lados de las vías para el Corredor Transístmico.
El intenso trabajo y la dedicación de los líderes sociales, José Concepción Lázaro Naranjo y el ingeniero Miguel Ángel Fernández Sánchez permitieron sentar las bases de las negociaciones con la Secretaría de Marina.
Fue el Capitán Ángel Molina Batis, quien firmó una minuta en la que se comprometió a respetar los límites de las viviendas, además, que se estableció que, en caso necesario, se realizaría una valuación y se compensaría a los propietarios a cubrir las afectaciones a sus propiedades.
Uno de los problemas más críticos que enfrentaban las familias de estas colonias era que con la activación de las vías ferroviarias por la estación Tancochapa, los dejaría ‘atrapados’ al cerrar sus accesos. Para evitar este problema de movilidad, se acordó llevar a cabo una reestructuración que permitirá a los ciudadanos acceder y salir de sus hogares sin obstáculos, incluso se estableció un plan para equipar de energía eléctrica a aquellas casas que lo necesiten.
El compromiso signado también incluye mejoras en el camino, destinadas a prevenir inundaciones, y la protección de la línea de agua para garantizar que los vecinos de la zona no queden sin acceso a este servicio.
Los colonos no dudaron en reconocer el esfuerzo de "Compañero Naranjo", quien lideró la defensa de sus derechos durante todo el proceso pero expresaron su descontento por la falta de apoyo de la alcaldesa de la ciudad, Mariela Hernández García.
Incluso, la funcionaria municipal fue acusada de estar involucrada en una supuesta red de corrupción a través de la Conavi, que buscaba despojar de sus casas a mujeres humildes, a pesar de que estas personas no sabían leer, ni escribir ya habían otorgados sus derechos de propiedad, por fortuna, estos trámites ‘leoninos’ fueron finalmente revocados.
Los colonos señalaron que se había intentado tomar 20 metros de cada lado de las vías férreas, lo que habría afectado gravemente sus hogares, argumentando que estos terrenos se habían dejado abandonados durante 80 años, correspondiendo a la población su urbanización y desarrollo.
El Capitán Molina Batis se comprometió a respetar el patrimonio de las 40 familias que estaban en conflicto, por lo que en los próximos días, comenzarán los trabajos para la ampliación de la red ferroviaria, tras 14 meses de interrupción en la zona.
Cabe destacar que la determinación de Lázaro Naranjo, quien a pesar de intimidaciones y sobornos, se mantuvo firme en la búsqueda del bien común para los habitantes de las colonias J. Mario Rosado, Tancochapa, San José, El Rabón e Ignacio Zaragoza.
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