Por estos motivos, familias han dejado de visitar palapas del río Tonalá | VIDEO

Lo que alguna vez fue un destino obligado para disfrutar de mariscos frescos y la vista del río Tonalá, hoy luce cada vez más vacío.

La causa es evidente: los precios exorbitantes, el mal servicio y los cobros adicionales por mesas, sillas y estacionamiento han generado el descontento de los visitantes.

Quienes llegan a los restaurantes de la ribera se encuentran con tarifas que rayan en el abuso. El simple hecho de sentarse en una mesa puede costar hasta 200 pesos, con un cobro adicional de 25 pesos por cada silla extra.

Además, algunos establecimientos exigen consumo mínimo y niegan el acceso a quienes solo desean disfrutar del paisaje sin ordenar comida. Este panorama ha generado un éxodo de comensales que prefieren llevar su dinero a otras partes del municipio. Como resultado, varios restaurantes han visto disminuir drásticamente su clientela, afectando no solo a los propietarios, sino también a empleados y proveedores locales.

QUEJAS

Decenas de turistas han expresado su indignación, denunciando que la calidad de los platillos no justifica los costos y que la atención al cliente deja mucho que desear. La falta de mantenimiento en las instalaciones y la lentitud en el servicio también son factores que han contribuido a la mala reputación del lugar.

Para muchos, el golpe final llega al momento de estacionarse. En lugar de contar con espacios gratuitos para los clientes, algunos negocios cobran tarifas adicionales por vehículo, lo que incrementa aún más el gasto de quienes buscan una comida junto al río.

Sin embargo, no todo está perdido. Aunque los establecimientos ubicados en la ribera han sido señalados por estos abusos, existen restaurantes en calles interiores o en la entrada de la congregación que han logrado mantenerse gracias a su buen servicio y precios justos.

Estos negocios, alejados del afán de lucro excesivo, han comenzado a captar a los clientes inconformes, ofreciendo una alternativa más accesible para disfrutar de la gastronomía local sin sentirse estafados.