Como un peligro consideran vecinos de la colonia Obrera, la presencia de un perro de la raza pitbull que apenas la tarde del jueves atacó y mató a un similar de la raza criollo, el que durante los últimos tiempos pasó de ser un “callejerito” para convertirse en un protegido de los habitantes de la zona.
El deceso ocurrió sobre la calle Altamirano cuando el canino escapó de su hogar, y a su paso se encontró con el ejemplar al que mordió hasta causarle heridas irreversibles.
Fueron los habitantes que intentaron bajo todas medidas liberarlo del ataque, sin que nadie pudiera evitar el desenlace del cachorro.
Bajo la intervención de la misma policía se logró llegar a un acuerdo con la propietaria del pitbull, arribando un médico veterinario que no tuvo mayor opción que la de dormir al ejemplar para evitar siguiera sufriendo por las graves lesiones.
“Vamos a proceder de una u otra manera recabando firmas, lo que se puede hacer para que la dueña se haga responsable del animal y no vuelva a suceder este tipo de cosas y de agresiones.
Hoy fue un perro, mañana puede ser un niño, una persona, una señora de la tercera edad, un bebé; aquí hay familias, aquí caminamos todos y eso no puede quedar así", dijo la señora Fernández Cortázar, vecina del lugar.
Eloína Armenta Cisneros, recordó a la víctima del ataque como un cachorro tranquilo y fiel, poniendo de manifiesto que hace algún tiempo ella lo adoptó al igual que otros habitantes que le brindaron la ayuda cuando se encontraba sarnoso y con problemas de salud, una vez fue abandonado por sus dueños originales.
"Estaba todo sarnoso y no podía caminar. Yo lo agarré y aquí lo cuidé. Venía a comer, todo mundo tenía qué ver con el animalito, era muy cariñoso no se metía con nadie, con nadie", lamentó la mujer de la tercera edad.
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