Como cada año y desde hace más de 10 generaciones, familias enteras del municipio de Zaragoza, Veracruz, esperan a sus fieles difuntos en medio de fiesta, flores, veladoras y música, dentro del cementerio municipal.
La tradición que sigue siendo firme en este rincón de Veracruz se prolongó hasta entrada a la madrugada, entre la comida, bebidas, antojitos y la amena charla de los asistentes, en medio de las tumbas que lucieron repletas de flores de cempasúchil y la alegría de quienes ahí convivieron.
Marca la tradición, el acompañar los sepulcros, pues como cada año, llegan quienes ya se adelantaron, según la creencia.
Sixto es uno de los tantos creyentes de la tradición, que junto a su familia rodearon los sepulcros de los seres queridos que ahí descansan.
"Todos los años nuestros abuelos nos traían desde pequeños y nosotros seguimos con la tradición de venir a cenar aquí con nuestros fieles difuntos, todos nos congregamos aquí, venimos toda la familia, mis hijos, mis nietos, mis nueras, estamos aquí en la tumba de mi papá", comentó Sixto.
La calle Nacional de la colonia Centro lució abarrotada de motos, carros; puesto semifijos de venta de tacos, micheladas, juguetes, papas y otros artículos que se ofrecieron como parte de la activación económica local, entre la fiesta en honor a los fieles difuntos.
Las risas, murmullos, el correr de niños y niñas formó parte de un escenario que va más allá del llanto y dolor que deja la partida de quienes se despiden de este plano terrenal.
Para Sixto y familia, es una actividad que repetirán el siguiente año; lo que forma parte de las raíces de un municipio que se aferra a sus orígenes y creencias.
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