Denuncian familias reventa de lotes en Cosoleacaque (+Video)

(Cerca de 30 familias, denunciaron de manera pública y legal el presunto fraude del que fueron blanco a manos de un individuo que se dijo propietario del predio Encino Gordo, hoy llamado La Palma, lo que ha derivado en la reventa de lotes, con consecuencia de amenazas de muerte y desalojos.

Arelma Pedro Juan es una de las tantas víctimas que allá por 2020, compró un terreno a Israel Antonio Guerrero, el que ofertó cada predio arriba de 50 mil pesos bajo la promesa y condición de una escritura que al menos para ella, hasta hoy no ha llegado.

La dama recordó que tuvieron conocimiento de lo que se pensó era una buena oportunidad de adquirir un patrimonio, a través de otro conocido que recomendó el servicio.

“Cuando compramos los terrenos se nos dijo que al mes nos entregaban escrituración, pero ya después se empezó a esconder y no nos pudo dar nada, prácticamente lo demandamos en la Fiscalía, y hay una carpeta abierta”.

Pero al caso de Arelma se agregan las víctimas que ya fueron despojados de los terrenos que pagaron en tiempo y forma, tal es el caso del señor Nemesio Trapa, el que en 2017 compró un predio a Israel Antonio que negoció un lote en 35 mil pesos.

Sin embargo, al paso del tiempo y regresar al área en cuestión, se llevó la sorpresa que su propiedad estaba de nuevo en venta, descubriendo así el tema fraudulento que hoy denuncian de manera pública.

A esto se agrega el tema de Alfonso Gutiérrez, vecino del Encino Gordo desde 2012, el que recordó que, desde el principio de la fundación se dio la exigencia de dinero para la supuesta gestión de la documentación de los terrenos.

“Desde que le di el costo de mis lotes, no le volví a dar un peso, no le creí, pero muchas otras personas cayeron”, subrayó Alfonso Gutiérrez.

Entre las decenas de denuncias formuladas en la Fiscalía, contra de Israel Antonio Guerrero, lo señalan de amenazas de muerte, fraude, despojo y más lo que pueda resultar.

Y es que a la fecha el presunto culpable llega machete en mano junto con otros individuos a intentar desalojar a las familias que en su momento les pagaron por los lotes.

En otro de los casos, delimita los terrenos a los que pone una lámina con la leyenda de “propiedad privada” sin importar que éstos tengan uno, dos o tres propietarios.