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La NASA recibió una señal fuera del sistema solar a través de la sonda Voyager 2
Tiempo de Lectura: 3 min La sonda Voyager 2 se encuentra a 19 mil 900 millones de kilómetros de la Tierra
La nave espacial Voyager 2, propiedad de la NASA, se encuentra sola y a la deriva en el basto espacio interestelar luego de que un desperfecto en las comunicaciones la incapacitó de recibir comandos o transmitir datos a la Tierra.
Sin embargo, no todo son malas noticias, pues esta nave mandó una señal de ‘latido del corazón’ a nuestro planeta, reveló la agencia espacial americana.
Lanzada en el año 1977 con el fin de realizar exploraciones en planetas exteriores y fungir como un faro para los humanos, esta sonda se encuentra a 19 mil 900 millones de kilómetros de la Tierra, mucho más allá del sistema solar.
Los controladores de la misión ya no mandaban novedades desde hace más de una semana posterior a enviar un comando con fallas que inclinó su antena para apuntar a dos grados de la Tierra. El minúsculo cambio, que significó la pérdida de todo contacto con esta sonda
Fue así que luego de una serie de comandos planificados fueron mandados a la Voyager 2, el 21 de julio, “inadvertidamente hicieron que la antena apuntara a dos grados de la Tierra”, señaló el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en una reciente actualización. Esto la habilitó para transmitir datos o recibir comandos a su control de misión, algo que no se esperaba que fuera resuelto hasta que realizó una maniobra de reorientación automatizada para el 15 de octubre.
No obstante, en las últimas horas, la directora del proyecto Voyager 2, Suzanne Dodd, detalló que el equipo estuvo coordinado con Deep Space Network, un conjunto internacional de antenas de radio enormes, asimismo, de algunas que se encuentran en la órbita terrestre
Para sorpresa de Dodd, “esto tuvo éxito porque vemos la señal del ‘latido del corazón’ de la nave espacial”, dijo. “Entonces sabemos que la nave espacial está viva y en funcionamiento. Esto animó nuestros espíritus”, precisó la experta.
Así pues, aunque los ingenieros puedan visualizar un ‘latido del corazón’, en términos sencillos, la onda portadora vinculada con la Voyager 2 todavía no es capaz de leer la señal de información que da forma a la onda portadora, y que envía toda la información recabada por la nave espacial.
