Las tormentas solares pueden causar dificultades para las comunicaciones por o por radio e incluso puede afectar las redes eléctricas terrestres y los satélites, reduciendo su vida útil. En 1859, el mundo vivió la tormenta solar más potente registrada en la historia, la cual no provocó afectaciones a causa de que no había tecnología como la que existe actualmente, ya que, si ocurriera hoy en día, sería una catástrofe.
Según con la Agencia Espacial de México (AEM), en primer lugar, podría dañar a varios satélites artificiales, los servicios de comunicación, en primera instancia, podría hacer daño a muchos satélites artificiales, los servicios de comunicación serían irremediablemente interrumpidos y podría haber apagones eléctricos a nivel global.
Según National Geographic, el 28 de agosto de 1859 sucedió uno de los fenómenos cósmicos más espectaculares y a la vez devastadores que se hayan registrado: el Evento Carrington. Auroras boreales iluminaron los cielos de todo el mundo, desde las latitudes medias como Madrid y Roma, hasta lugares más lejanos como Santiago de Chile, la Habana y Australia. Sin embargo, surgió la duda de ¿qué desencadenó esta impresionante exhibición celestial?
El astrónomo británico Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol un 1 de septiembre de 1859, la cual lanzó enormes llamaradas de energía equivalentes más de diez mil millones de bombas atómicas. Este evento, que fue apenas visible durante unos minutos, desencadenó una tormenta solar violenta que afectó a la Tierra apenas 17 horas después, dando lugar a la tormenta solar más intensa de los últimos cinco siglos.
Conocida como una eyección de masa coronal, esta llamarada solar colapsó la tecnología disponible en ese entonces. Las líneas telegráficas se cayeron en todo el planeta, causando incendios, heridas en operadores y el increíble fenómeno de que los telégrafos mandaban mensajes de larga distancia sin la necesidad de baterías. La noche se convirtió en días, con auroras boreales tan brillantes que los ciudadanos de Missouri podían leer sin luz artificial pasada la medianoche.
Desde el pasado 10 de mayo, una intensa tormenta solar alcanzó la Tierra, causando una tormenta geomagnética como resultado de la interacción de la radiación solar con el campo magnético de nuestro planeta.
Lo anterior provocó una serie de auroras boreales, incluso en lugares donde normalmente no se ve este fenómeno, como en el caso de México, donde en algunos estados al norte del territorio nacional fueron avistadas.
De acuerdo con los expertos en geofísica, hay posibilidades de que nuestro país presencie de nuevo una tormenta solar en los siguientes días. Sin embargo, para que pueda convertirse en una tormenta geomagnética tiene que llegar a su punto máximo y tener por lo menos varias horas de su duración.
Actualmente, la UNAM detalló que la región activa AR3664 es la responsable de generar tormentas solares que acaban en geomagnética como la del pasado 10 de mayo, está muy cerca de alcanzar el conocido limbo solar, a causa de esto, los expertos esperan que los próximos fenómenos naturales puedan tener menos consecuencias en nuestro planeta.
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