Antonio, mejor conocido por sus amigos y clientes como "don Toño" lleva 12 años vendiendo volovanes en el zócalo de Veracruz.
Todos los días sin falta a las 8:30, el adulto de 70 años llega hasta una banca del zócalo en dónde ofrece los tradicionales antojos veracruzanos recién hechos.
Aunque aprendió a hacer volovanes, decidió que le era mejor buscar a alguien que ya se dedicará a ello, pues para él resultaba muy pesado levantarse a las 3:00 de la mañana para hacerlos y después salir a vender.
"Yo busqué a la persona que hiciera mejor el volován porque me gusta ofrecerle calidad a mis clientes y ellos me lo agradecen por eso ya hay muchos que hasta me piden mi número y ahí me hacen apartados. Para mí el volován tiene que estar bien hojaldrado, cocido y con bastante relleno", detalló.
Don Toño compartió que aunque la venta sube y baja siempre sale para comprar comida, además de que él lo ve como un trabajo que no le deja estrés y que le permite vivir algunas experiencias muy gratas.
Lo anterior luego de que compartió, en una ocasión llegó un turista y le compró todos los volovanes para que los regalara.
"Cuando fueron 10 me puso otros 100 pesos y así hasta que se acabaron. Él me dijo que así andaba viajando por varias partes del mundo", contó.
Don Toño sabe que su trabajo es muy valioso, pero que también los recuerdos de nuevas aventuras, por ello comentó que aunque no tiene un día fijo, de vez en cuando se va a pasear con su familia o de viaje a otros estados.
Mientras tanto y para bienestar suyo y de sus clientes afirmó que seguirá trabajando hasta que "Dios le preste vida".
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