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Dos semanas sin futbol en la Liga Municipal
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Nunca antes en estas fechas la Liga Municipal de Futbol de Coatzacoalos, tras los más de 74 años de existencia, había tenido que suspender su temporada de manera repentina como está ocurriendo en este año, producto de lo inimaginable, que una pandemia sea la causa que las cotidianas jornadas en pleno inicio primaveral estén paradas.
A estas alturas, la Liga Municipal nada detenía su temporada, a menos que por inicio del mes de marzo, estuviera inaugurando su temporada, con aquellas otrora estampas donde los clubes se disponían a vestir sus mejores galas en las tradicionales ceremonias de apertura, como lo fue la última en el año 2016.
Ahora, y por los motivos que ya todos conocemos, el futbol municipal a la par con otras organizaciones, están sintiendo la ausencia de esas sensacionales jugadas, luchando y sudando la camiseta.
Apenas dos semanas del torneo liguero en sus dos categorías, Primera y Segunda Fuerza, y pareciera que ya fueran muchas o que la temporada 2020, aún no hubiese comenzado. Las canchas literalmente tristes, sin el bullicio de los gritos por la jugada esperada, por esas exaltaciones, de “Pásamela aquí”, “Dale vuelta pareja”, “Metete al área”, o los reclamos al nazareno como si éstos manejaran el balón, “oiga árbitro márcale bien”, “ Eja profe solo a nosotros nos las marcas”, en fin, ya se dejó de escuchar, porque en los escenarios donde se desarrollan las kilométricas jornadas están suspendidas, y lo más triste es que la pregunta no tiene respuesta concreta, ¿Hasta cuándo volverán a verse las acciones de este apasionado deporte?. Sin lugar a dudas, un caso jamás visto.
Se pide a todos, NO SALIR DE SUS CASAS ante el temor de ser infectado por este que ya muchos la denominan “La peste del siglo 21”.
Y así, tanto directivos, delegados y jugadores están impávidos e incrédulos, por esta terrible enfermedad que está matando a muchas personas y por ende no se sabe cuando las autoridades sanitarias podrán determinar que el peligro ha pasado. Pueden ser uno, dos o tres meses de espera, así de triste. ¡Increíble!.
