Una lectura obligada para ser gobernador de Veracruz

Columna: Maquiavelo



Una lectura obligada para ser gobernador de Veracruz

El escritor Rodrigo Fernández Chedraui en un inteligente análisis sobre la actividad política como el arte de servir y comprometerse, señala que el servidor público además de tener esa vocación que no conozca horarios, ni sacrificios, debe abordar las tareas sustanciales para superar dificultades y alcanzar las metas que requiere el estado de Veracruz. Él pone como ejemplo al gobernador Rafael Hernández Ochoa quien hizo escuela respecto al quehacer gubernamental.

Dentro de esos alumnos destacan el priista Fidel Herrera Beltrán y el neopanista Miguel Ángel Yunes Linares quienes alcanzaron también la gubernatura.

Ser gobernador por naturaleza es convertirse en un líder apasionado por Veracruz por servir a su pueblo y trazar caminos legales y lograr el progreso con un sentido de equidad.

Para gobernar Veracruz una entidad con grandes rezagos apegado a sus instancias históricas, no basta el carácter, ni la suficiente experiencia para ello se requiere la sensibilidad social, así como la visión para enfrentar retos y poder transformar la triste realidad del estado.

Hernández Ochoa era un funcionario cercano a la gente dotado de una astucia para resolver los problemas en el momento oportuno, un veracruzano con el perfil y el carisma sobre todo el patriotismo de amor a su tierra.

En una entrevista que le hiciera el periodista xalapeño, Froylán Flores Cancela, le preguntó cuándo él integró su gabinete: “¿Tuvo usted alguna presión para el nombramiento de sus colaboradores? Así contestó: ninguna presión de nadie, totalmente libre, por una deferencia más amistosa que institucional le pregunté al señor presidente Luis Echeverría que si me podía sugerir alguna persona para el gobierno de Veracruz y me contesto: “ El único responsable eres tú”. Eran otros tiempos los que ahora se añoran.

En su último año de gobierno apuntó que le habían dejado una deuda pública de 1,300 millones de pesos y que la bajó a 390 millones que son el 3.9 por ciento del presupuesto del estado.

Igualito que Fidel Herrera y Javier Duarte.

En otra pregunta ¿Cree usted no tener futuro en la política mexicana?

-Las circunstancias no son las mismas, así como dijo que los dedos de la mano no son iguales, los políticos, sin dejar de ser políticos son distintos en todo. Para lo que estoy preparado es para no ser.

- Eso mismo decía Ruiz Cortines a su edad cuando era gobernador.

- Eran otras épocas y no me compare con un hombre tan grande ni siquiera por su edad. Durante su gestión como secretario de Bosques y Selvas recibió la noticia de la muerte de su hermano Fernando en la carretera Querétaro-México, y lo único que nunca se imaginó fue que 13 meses después, el 18 de marzo de 1990, él fallecería en esa misma carretera a la altura de San Juan del Río, también en un accidente automovilístico.

Desde entonces, año con año, la clase política, amigos leales y familia se reúnen en el monumento construido en la avenida Orizaba de la ciudad de Xalapa, para rendir un reconocimiento al gobernante veracruzano que dejó la siembra de ideales y un legado de instituciones vigentes y dignificó, hasta donde le dieron sus fuerzas, la labor de los campesinos y aprovechó el tiempo para ser un buen gobernador.

Como un árbol que se valora por las fuertes y extensas ramas, pero imposible de conocer hasta donde terminan sus profundas raíces.

Un gobernador sin leyenda de corrupción que caracterizó al PRI de las últimas décadas.



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