Da gusto en verdad, ver como jugadores de 60 años y mayores, tienen aún la energía y las ganas,pero sobre todo el entusiasmo para seguir practicando su deporte favorito; el futbol.
Sin importarles las altas temperaturas y en menos ocasiones la lluvia, los futbolistas dan su máximo esfuerzo en la cancha, con tal de ver triunfar a su equipo.
Es sorprendente como corren de aquí para allá dentro del campo, como si fueran unos “chamacos”.
Claro, unos con más capacidad y talento que otros, pues también queda claro que no todos comenzaron a jugar de niños, sino algunos dieron sus primeros pasos en este deporte ya en su etapa de adultos.
Pero lo que más nos llama la atención es la gran convivencia que existe fuera de las cancha, en donde más que un equipo, parecen una familia.
Un claro ejemplo de ello es el equipo Nido Aguila, que en fechas recientes cumplió su primer aniversario de actividades y lo festejó en grande junto a su porra.
El ingeniero Felipe Morales, un incansable y entusiasta impulsor del futbol desde hace muchos años en Coatzacoalcos, fue el fundador de este conjunto, que en poco tiempo logró lo que otros con más antigüedad en el medio no han podido; ser reconocidos por su orden y disciplina.
Junto con un grupo de amigos con los que había coincidido en otros equipos, el “Patón” tuvo la genial idea de formar el club NIDO AGUILA, para competir en la liga regional 60 años y Más.
Y aunque en su primer torneo pasaron prácticamente desapercibidos, con la llegada de algunos refuerzos, entre ellos los hermanos Mario, Arturo y Carlos Morales, el conjunto azulcrema está convertido en uno de los protagonistas del actual certamen, en donde ya ocupan la tercera plaza de su zona.
Pero no solo eso, Nido Aguila es una de las pocas oncenas que entrena y se prepara cada semana para sus compromisos sabatinos, como si se tratara de un club profesional.
Y llama la atención el hecho de que a las sesiones matutinas que realizan en el campo “Hernández Ochoa”, llegan, además de sus integrantes, jugadores de otros equipos que se han visto beneficiados en el aspecto físico y técnico gracias a los trabajos que ahí se desarrollan.
La escuadra relacionada de alguna manera con el club América del máximo circuito, cuando es necesario le entra duro también al gimnasio, pues la idea es que sus jugadores estén al cien para los partidos de fin de semana.
Fuera de la cancha, Nido Aguila pasa a ser una familia, en donde esposas, hijos y hasta nietos de los jugadores, se unen al grupo para compartir el pan y la sal.
Vaya pues nuestro reconocimiento, para uno de los equipos ejemplo del balompié amateur en este puerto.
Ojalá hubieran más.
¿QUÉ ESCONDE?
En días pasados durante un duelo de cuartos de final del baloncesto Municipal de este puerto, que se realizaba en la cancha “Maza de Juárez” fue agredido el silbante Emilio Valencia.
Todo iba bien hasta que un jugador, si así se le puede llamar, del equipo Universidad de Sotavento, que enfrentaba a Independencia, golpeó al árbitro, sin que nadie, ni sus propios compañeros, hicieran algo por evitarlo.
Peor aún, que el mismo presidente de la liga Cupertino Llano, haya callado, pese a que circula en redes sociales un video del momento en que arremeten contra el silbante.
Entonces ¿Qué esconde el alto mando de la LMB?.
Dicen que hasta un reportero que cubre la fuente y se encontraba presente, “se hizo de la vista gorda”, quién sabe por qué.
Ojos vemos...
Hasta la próxima SDQ.
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