Raso y Colocado

“Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.

A unas horas de celebrar la navidad, no queda más que agradecer a DIOS por permitirnos seguir en lo que más nos gusta y apasiona; hacer periodismo deportivo.

Desde hace ya casi 32 años incursionamos en esta fascinante profesión y a partir de ahí no hemos parado, pues gracias a DIARIO DEL ISTMO y a la familia Robles Barajas aquí seguimos dándole duro a la tecleada.

En esta 2023, como en los años anteriores, hubo mucho de que escribir. Algunas cosas buenas y otras no tan buenas, pero siempre con la claridad y la transparencia que nos caracteriza.

A los que aprovechándose del puesto que ostentan hicieron y deshicieron a su antojo, se les exhibió por desvergonzados.

Y a los que trabajaron sin cesar por el bien del deporte, aunque fueron pocos, también le dimos su mérito.

Las ligas como cada año, llevaron a cabo sus campeonatos.

Unas de buena forma basados en el fair play y en el reglameno que las rige, y otras en lo “oscurito” para que nadie se enterara de sus “fechorías” .

Y no faltaron los que sintiéndose los “todopoderosos” del deporte hicieron de las suyas, para confirmar que como dirigentes simple y sencillamente son un fiasco.

Es decir, en el año que está por culminar, en el deporte porteño como en la viña del señor hubo de todo. Buenos, malos y requetemalos.

En cuando a los logros que se tuvieron en ese rubro a nivel estatal, nacional e internacional, pocas disciplinas lograron sobresalir en EVENTOS OFICIALES, NO DE INVITACIÓN, por lo que no hubo muchos motivos para festejar.

El tae kwon do con el profesor Erick Sosa, la gimnasia (Club Levic de la maestra Aurora Puig), el judo (Sensei Alejandro Borrego) el voleibol de playa (Gilberto Cortez) y párenle de contar.

Las demás, como siempre, pasaron de noche.

Podemos decir y con la plena seguridad de que así es, las escuelas particulares de formación son las que siguen forjando a niños y jóvenes talentos, gracias a las  enseñanzas y a la disciplina que ahí les inculcan. 

Excepto el futbol infantil y juvenil, que como ya lo dijimos en entrega anterior, se han convertido en un negocio redondo para entrenadores que en su mayoría de futbol saben lo que Lionel Messi de astronomía. 

De la infraestructura deportiva, ni que decir, pues ahí sí como dicen los chavos, “estamos bien pelados”.

Y así, a sólo nueve días de finalizar este año, poco o casi nada que destacar de los avances que se tuvieron.

Los deportistas en su mayoría, disfrutan ahora de las fiestas decembrinas, ya que a partir de las primeras semanas de enero del 2024 reanudarán sus actividades con la mira puesta en los eventos que vienen.

Feliz navidad a mis amigos dirigentes de ligas y promotores deportivos, que son pocos por cierto, y a los que no, también.

Hasta la próxima SDQ.