Son tantas las prisas, tareas y compromisos en los que vivimos inmersos, que con frecuencia no nos damos cuenta de todo lo que tenemos.
Tenemos vida, salud, familia, amigos, una casa donde resguardarnos de las inclemencias del tiempo, ropa que nos abriga, zapatos que nos protegen y hacen más cómodo nuestro caminar, una mesa donde no faltan los alimentos y también incontables amigos que nos apoyan y animan en los momentos difíciles. Tanto la familia como los amigos nos muestran su solidaridad generosa cada vez que tenemos un contratiempo ya sea de salud, económico o de cualquier otra índole.
Por eso considero justo que al cerrar el año hagamos un alto en el camino y agradezcamos en primer lugar al Creador por todas las bendiciones que de su mano generosa recibimos.
También demos las gracias a nuestra familia y a nuestros amigos por todo el cariño y comprensión que nos brindan, especialmente en los momentos difíciles. Extendamos nuestra gratitud a quienes sin siquiera tener una relación cercana con nosotros, están listos para ayudarnos y nos dan la mano cuando más lo necesitamos. Esto último es una hermosa muestra de lo que es la verdadera solidaridad humana.
Tantas bendiciones recibidas nos comprometen a voltear a ver a nuestros semejantes que pasan por circunstancias complejas para acudir en su ayuda cuando sea necesario.
Por eso mismo considero que la mejor manera de cerrar el año es a través del agradecimiento sincero.
Por eso yo los invito a que antes de cerrar un ciclo más en nuestras vidas digamos con entusiasmo y sinceridad: Gracias, gracias, gracias, gracias...
¿No les parece a Ustedes?
Que tengan un muy feliz Año Nuevo 2024
¡Hasta pronto!
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