Como fiel reflejo del significado que tiene la coordinación de Comunicación Social del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez sólo se presentaron dos diputados que más que nada asistieron por curiosidad de una oficina que en la realidad no existe y que anunció durante su comparecencia su coordinador, el publicista Iván Luna, que va a iniciar una campaña en medios nacionales para ocultar el desarrollo de una administración estatal plagada de equívocos y grandes errores. A los cuatro años de gobierno quiere intentar que sepan que existe un gobierno del nivel que representa Veracruz en el concierto nacional.
Solo un legislador de Morena se presentó en aquel salón vacío del congreso local, cuando se supone que el director de comunicación de una administración estatal tiene grandes relaciones con reporteros de periódicos, revistas, estaciones de radio y televisión que es el área donde se desenvuelve un jefe de prensa. Se trata de un funcionario invisible y que nadie sabe que función oficial realiza.
La gran diferencia del vocero presidencial Jesús Ramírez egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, cuya participación y difusión de las actividades del presidente López Obrador está presente desde las sesiones de Seguridad que se realizan a las seis de la mañana y logra una gran difusión y penetración en todos los medios de comunicación tanto nacionales como de provincia.
La única explicación de esta solitaria presentación es que el señor publicista encargado del gobierno estatal de Veracruz no tenía nada que informar. Presentarse para decir lo que piensa hacer en un futuro no es el motivo para que asista ante el Congreso local, debe de dar a conocer lo realizado, no lo que piensa hacer.
Una persona que le puede dar clases a Luna Landa es Abelardo Martín, director de comunicación del Senado de la República, amigo de Maquiavelo desde hace 40 años. La manera de mantener presente al senador zacatecano Ricardo Monreal en todos los medios es la mejor muestra de cómo se ejerce con sentido profesional el bello oficio del periodismo.
Conseguir las de ocho columnas con sus amigos reporteros es una tarea que se le facilita porque conoce la actividad noticiosa y coloca al funcionario en las nubes.
En el Café Jarocho de ayer se maneja la forma especial de actuar de manera muy diferente en el quehacer de la política mexicana del senador y exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro, quien puede dar la gran sorpresa en el 2024.
Conoce como se desenvuelven los veracruzanos en el proceso electoral y de antemano puede asegurar que su candidato se quede con el gobierno de Veracruz. Ya lo hizo en Nuevo León y Jalisco, al igual que en Monterrey y Guadalajara. No es tarea fácil, pero sabe explotar las deficiencias de sus adversarios y en el caso de la entidad el punto más débil son los tristes resultados de la actual administración estatal.
Será el tema más socorrido y en un debate sería pan comido. Justo es reconocer que Cuitláhuac no tuvo a nadie a su lado para dar con las soluciones más adecuadas y es que no hubo que no mostrara su novatez.
No se les conoce un puesto político importante a los funcionarios del primer nivel que le impusieron. No hay uno sólo egresado de algún centro de ciencias políticas.
El problema más grave es que no estará en la boleta Andrés Manuel López Obrador y sin él no hay nada que hacer entre los jarochos que lo ven como su verdadero paisano.
/ct
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