Como olvidar que la gran mayoría de la ciudadanía mayor de 50 años teníamos incrustados o tatuados lo que nos inculcaron nuestros padres, los valores y principios; sin embargo, con el paso de los años esos valores y principios solo son anécdotas. Recuerdo que le teníamos un gran respeto y temor a nuestros padres, los católicos, a Dios y al sacerdote, y de manera general al maestro, al gobierno y por supuesto, no menos importante, a las fuerzas armadas tanto al Ejército como a la Marina.
Con el paso de los años ese respeto y temor se redujo a nuestros padres, a Dios y a las fuerzas armadas, hace algunos años solo era a nuestros padres y a Dios; y últimamente ese respeto y temor solo es a Dios. Qué lamentable que esos valores y principios que nos inculcaron nuestros padres hayan pasado solo a ser una anécdota y lo preocupante es el temor y respeto que le teníamos a las fuerzas armadas.
La pérdida de valores y principios no tan solo afecta a la gran mayoría de las familias, las pérdidas de ellos han afectado a gran parte de la humanidad. Pero lo que nos debe importar es nuestro país, desde luego nuestro estado y por supuesto nuestro municipio, la pérdida de valores y principios nos están llevando al caos.
La incorporación tanto del Ejército como la Marina a responsabilidades gubernamentales que solo eran responsabilidad de los civiles como la seguridad del pueblo, entre muchas otras cosas, ha puesto en alto riesgo a la ciudadanía común, hablando solo del tema de seguridad pública, donde existen algún retén o patrulla donde se le ha incorporado a los soldados y/o marinos, tanto la ciudadanía y peor aún la delincuencia organizada, ya no se le guarda ningún respeto y/o temor, en caso de que se aprenda a algún ciudadano o integrante de la delincuencia organizada, con un “¡amparo!” o una recomendación días después es liberado inmediatamente no importando el delito que se haya cometido, ya que con una gratificación, por decir lo menos, los impartidores de justicia resuelven.
Con este tipo de prácticas los únicos que se han visto beneficiados son los ¡impartidores de justicia y abogados!, esto es muy parecido a la nueva miscelánea fiscal que instrumentó el SAT para este año, los únicos beneficiados son los contadores.
Por lo tanto, urge volver a fortalecer los principios y valores, las personas mayores en gran proporción ya cuentan con ellos, pero la niñez, adolescencia y juventud en su formación al interior de su familia y el fortalecimiento en las escuelas llámese kínder, primaria, secundaria, preparatoria y universidad es fundamental. Por lo tanto, el análisis familiar y educativa es determinante y urgente realizarlo.
Los tres niveles de gobierno (ejecutivo) y los otros 2 poderes (legislativo y judicial) deben tomar cartas en el asunto, de no hacerlo, ¡nunca!, se desarrollarán todas las áreas en nuestro país, estados y municipios. ¿Usted qué Opina?
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