Los escenarios políticos veracruzanos al máximo de su intensidad y muy sensibles.
Los aspirantes presidenciales a la candidatura de Morena en estos lares, convertido en un manicomio con vista al mar.
El debate de siempre entre percepción y realidad a todo lo que da, entre quienes pretenden ocupar la silla de AMLO, el próximo año en qué el político tabasqueño cumple su ciclo, y se jubila para retirarse a vivir en su rancho de Chiapas, que fuera el hogar de sus ancestros.
Impredecible vaticinar o adelantar el resultado de las encuestas, para elegir al aspirante hombre o mujer que pueda llegar a la candidatura de Morena a la presidencia del país.
Cuatro aspirantes sólidos con carreras y trayectorias políticas de notable experiencia en el servicio público.
Imposible dar un avance de quién será el ganador o ganadora de la encuesta de Morena, para convertirse en el candidato o candidata que por lógica tendrá toda la fuerza para alcanzar la presidencia de la República.
Las encuestas erizan y crispan a los sensibles nervios de muchos que sienten que se debaten entre ganar o perder, olvidando el amplio sentido de la democracia.
Claudia Sheinbaum, arriba en las encuestas con algunos meses de sólido posicionamiento.
Marcelo Ebrard, con un segundo lugar y en un tercero viniendo de atrás y creciendo Adán Augusto López Hernández, mientras que Ricardo Monreal, anticipó en Veracruz, que no se prestará a ninguna negociación política.
Imposible pensar en un candidato o candidata de unidad, porque a todas luces se vislumbra una fuerte disputa.
Los que desde este momento, anticipan que no aceptarán el resultado de las encuestas para la decisión final.
Los aspirantes presidenciales muy emocionales y ese sentir se transmite a la gente dividida en opiniones y preferencias de quién será el sucesor o sucesora de AMLO.
Los esquemas mediáticos, también de nervios, y se ocupan en amedrentar a la libertad de expresión y el derecho a la información con juicios sumarios a los verdaderos periodistas de medios informativos serios, objetivos y de experiencia a los que desde la clandestinidad se les pretende acotar con infundios y manejos perversos desde los grupos del poder político.
No hay acuerdo, no hay negociación entre grupos, no habrá desbandada y lo que la gente quiere es unidad para la continuidad de la 4T de los programas sociales del presidente AMLO.
El alto precio de comenzar a vivir en una democracia real, y de quitar del ADN de los mexicanos, partidos políticos y grupos de poder aquella cargada que tanto daño causó al país y que con pasión y trabajo costó el esfuerzo de más de treinta años de lucha a Andrés Manuel López Obrador y a los cientos de muertos que quedaron en el camino por la intolerancia del poder del pasado.
¿Qué difícil es aprender a vivir en democracia y vencer obstáculos?, hay que comenzar por dar un buen ejemplo a las actuales y futuras generaciones, que quieren vivir en un mundo mejor, como en los cuentos o las novelas. Ándale.
Hay que comenzar por respetar a la democracia que no es perfecta.
Los zapatos de AMLO están muy grandes, pero todos se los quieren poner. A ver qué pasa, porque deben ponerse de acuerdo ante una voraz y desesperada oposición dispuesta a dar la pelea sin tregua. Así las cosas.
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