Quetzalcóatl; En mi mente van tus libros

• Carmen Concepción González Contreras

Mi biblioteca, tu biblioteca, nuestra biblioteca, un mundo de infinitos laberintos de saber, conocer, aprender y reaprender. Un espacio para enfatizar, empatizar, entre el realismo y surrealismo; un sitio con atardecer o, amanecer empapado de sabiduría escrita, de mente, alma y cuerpo.

La biblioteca es agua para sumergirnos en los bosques y entrañas de cada ser.

La casa de hombres, niños, eruditos, pensadores o sólo simpatizantes que han contribuido a dejar su legado en libros, pensamientos, en granitos de arena, sangre, sudor y lágrimas. La biblioteca lo mismo te muestra el dolor, sentimientos, emociones, llanto, risas, alegrías plasmadas de entusiasmo, como te muestra el mundo con su crudeza y realismo.

Es un lugar de magia y fantasía. Todo un mundo imaginario alimentado de promesas. También te enamora o desilusiona. Te regala el encanto y desencanto, el placer, la desigualdad; te roba la calma como te invita al relax y a sentir la paz.

Combina un momento de ensueño con una junta de negocios. Reviste una gama de culturas e idiomas expresados a través de la escritura plasmada y planteada en las bellas páginas de libros infinitos escritos por autores selectos. 

Drama, comedia, arte, literatura, cuento, cocina, arquitectura, finanzas, magia, juegos, cantos, meditación, religión, idiosincrasias espejeadas, lentas, rápida conciencia, verdades a medias, etcétera, es lo que puedes encontrar si te adentras a su cuerpo de libros.

Mi biblioteca, tu biblioteca, nuestra biblioteca, es un tren que transporta la mente más allá de la imaginación, más alto que leer un género, nos pone alas al corazón. Te invita a creer en la magia y ser parte de la vivencia, exploración, investigación o inspiración del autor que lo escribe.

Es el recinto sagrado de quienes asisten a documentarse, recrearse, o empapar su mente y alma de distintos temas. Porque algunos llegan por placer, y otros, obligados, pero todos dejan una parte de su energía y esencia encadenada al santuario de los libros.

Éste bello lugar llamado inspiración de genios y cultivador de "Alma Matters", es un hogar que nos extiende su abrigo sin un motivo. Lo mismo te abraza si estas triste, como te escucha si existe un por qué escondido que causa confusión o alguna decisión ambigua en tu cerebro.

Es irracional y terrible que, en busca del bien personal, el ignorante tome decisiones por la colectividad y genere cambios a la ligera en las instituciones lucrativas de la Ciudad.

Nos venden sin una razón lógica el cierre de mi biblioteca, tú biblioteca, nuestra biblioteca Quetzalcóatl, por el necesario desarrollo del modernismo en la ciudad, y peor de aberrante resulta, que la reubiquen en un lugar reducido.

Una fracción de espacio donde los espíritus de las letras son encarcelados sin luz y sin una energía nueva que las lean.

Tristemente la esencia viviente que sabemos los lectores que existe entre las páginas de un libro, está destruida.

No lo entiende mi mente, mi ser lo rechaza. ¡Devuelvan su espacio a la Biblioteca! ¡Revivan su ayer! ¡Salven a Coatzacoalcos y con él, su gran saber!

Tenemos derecho a recuperar los recuerdos, cada persona tiene derecho a revivir momentos especiales dentro de la biblioteca. Mi corazón guarda el recuerdo de mi biblioteca recibiéndome con mis hijos en su niñez. 

Cuando finalizaba el programa de cada ciclo escolar invitaban a los padres a acompañar a sus hijos y elegíamos un curso de los muchos que se daban en el lugar.

Esos niños y pubertos, se convirtieron en tesoros con grandes valores. Algunos son trabajadores y profesionistas en diversas áreas del trabajo, y muchos más, son pequeños que engrandecerán el futuro de la Ciudad. Pero... ¿Dónde podrá descubrir su talento el niño? ¿Dónde descansará de su pena el adolescente? ¿En qué lugar será salvada el alma solitaria que huye de la daga inevitable de su realidad?

Mi biblioteca Quetzalcóatl, inmortalizada en mi mente. Van tus libros navegando a través de nuestro puente, mi Coatzacoalcos querido, mi bello y gran amigo. Tus huellas yacen plasmadas en las páginas de cada libro leído por el niño o el poeta, como el vaivén de las olas mecidas en blanca arena. Así nace a raudales el amor por esta tierra y mi biblioteca del alma.

• ¡Tu destino es una condena!

¡Luz, regresa a ser casa de inspiración y letras!

Porque mis ojos lloran tintas y mis manos bordan penas. Junto a mí, los autores rendidos, reclaman el retorno a tu hogar Nicolás Bravo y Díaz Mirón. Todos esperamos que tu esencia vuelva a ser, la gran biblioteca con el distintivo: "La Maza de Juárez".