Equipados para la predicación del evangelio

ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO A TODA CRIATURA. EL QUE CREYERE Y FUERE BAUTIZADO, SERÁ SALVO; MAS EL QUE NO CREYERE, SERÁ CONDENADO. Marcos 16:15,16

Una orden ha sido dada, anunciar las buenas noticias de Dios para la humanidad y las enseñanzas que dejó el Señor Yahshua a sus discípulos, que por ellas, aquellos que crean, recibirán salvación, y los que no, sufrirán una gran condenación.

Todos aquellos que hemos creído en la palabra de Dios, y seguimos las enseñanzas del Señor Yahshua, seremos los que llevaremos la preciosa semilla. Su palabra dice:   Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. (Salmos 126:6).

Aunque no sea fácil predicar el evangelio de salvación, por las persecuciones y vituperios, podemos asegurar que estaremos felices y satisfechos por aquellas personas que crean en la palabra de Dios y reciban la salvación de sus almas.

Es necesario que prediquemos el evangelio por causa de la ira de Dios a aquellos que aún no han creído en el  Señor Yahshua, pues al no creer en Él rechazan la obra de la cruz por la cual Dios mandó a su Hijo para que fueran perdonados los pecados de aquellos que creyeran.

Su palabra dice:  El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Juan 3:18).

Así que, hagamos nuestra parte, prediquemos el evangelio de salvación; no temamos, porque en esta labor Dios no nos ha dejado solos, su palabra dice: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10).

Aunque no lo veamos físicamente, el Señor está con nosotros.

El Señor dice: Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Juan 14:26). Tenemos una misión que cumplir. Dios nos ha dado un equipaje digno de un linaje escogido, de un real sacerdocio.

El Señor nos ha dado: LA FE, LA SALVACIÓN, Y SU PALABRA. Esto demuestra y asegura la veracidad de que somos hijos de Dios.

La fe que representa el escudo, el yelmo que representa la salvación y la espada del Espíritu que representa la palabra de Dios, son parte de la armadura espiritual con la que enfrentaremos las batallas en contra  del enemigo (Efesios 6:16,17, 12) y la investidura para poder predicar  la palabra de Dios;  porque por gracia somos salvos por medio de la fe; y esto no de nosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8,9).

La espada del Espíritu, es la palabra de Dios que es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12). Dios ha puesto en nuestro equipaje la  ORACIÓN.  

El Señor nos ha acercado al Padre para tener INTIMIDAD CON ÉL para que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. (1 Tesalonicenses 5:17; 1 Timoteo 2:1,2). EL AYUNO no podía faltar, para sensibilizar nuestro espíritu y escuchar la voz de Dios. (Hechos 13:2).

LAS ALABANZAS Y LA ADORACIÓN ocupan un lugar muy importante en nuestra vida, con ello toda nuestra ansiedad se desbordará al Altísimo.  

(Salmos 150:6). LA SANTIDAD es la que nos identifica con nuestro Padre: sed santos, porque yo soy santo. (1 Pedro 1:16).  HACER JUSTICIA, AMAR MISERICORDIA Y HUMILLARNOS ANTE DIOS es lo que pide Yahweh (Miqueas 6:8) en este camino a la predicación del evangelio.

Esto será el testimonio vivo de los verdaderos hijos de Dios. Lo más maravilloso que nos conecta con nuestro Dios, y forma parte de nuestro equipaje, es el ESPÍRITU SANTO quien nos da los dones espirituales para provecho a los hijos de Dios.

Regalándonos también sus preciosos frutos: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (1 Corintios 12: 1:12; Gálatas 5:22,23).

Y algo más que nos ha dado el Señor es LA ESPERANZA. Un futuro glorioso al haber peleado la buena batalla, acabado la carrera y guardado la fe; es regresar a casa con nuestro Padre. El Señor lo declaró.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,  para que donde yo estoy, vosotros también estéis. (Juan 14:2,3). Todo lo que necesitamos para cumplir con el objetivo de Dios está en nosotros, en nuestro equipaje. Solo debemos cuidar ser obedientes y vigilantes.

El apóstol Pablo dijo a Timoteo: Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.

Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. (2 Timoteo 2:4,5). Así que seamos esforzados y muy valientes, no desmayemos, que nuestra esperanza se fortalezca, recordemos:

Dios está con nosotros

Amado hermano: compartamos el evangelio de salvación. Somos bienaventurados por ser portadores de la gracia de nuestro Señor Yahshua para que el nombre de nuestro Padre que está en los cielos sea glorificado.

No descuides tu equipaje, en él hay una armadura que nunca debes abandonar, la ocuparás en cada momento de tu vida, porque solo así vencerás todas las luchas  contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12).

No temamos, el Espíritu de Dios está  con nosotros. Gracia y Paz de nuestro Señor Yahshua.

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