El verdadero valor de la familia

A los que hemos tenido la dicha de crecer en un hogar bien avenido nos es difícil entender porqué hoy en día se ha  perdido la unidad familiar. Vemos cómo la familia se ha desintegrado olvidando su esencia y dejando de tener importancia para algunos.

Todavía recordamos como la familia se sentaba alrededor de la mesa para disfrutar los alimentos que Dios había provisto como bendición. Eran momentos sagrados departiendo alegremente.

Y qué decir de aquellos tiempos en los cuales se juntaba toda la familia para celebrar algún acontecimiento importante. Se pasaban momentos inolvidables, mismos que quedaron grabados para siempre en nuestra memoria. Eran verdaderos momentos de dicha y bienestar, por lo que los llegamos a atesorar cómo algo importante en nuestra vida.

Tenemos que reconocer que hay factores internos y externos que han hecho que las familias se separen. Algunas veces porque los hijos salen a otros lugares a continuar sus estudios, en otras ocasiones porque contraen matrimonio y tienen que cambiar de residencia.

Sin embargo, eso no evita que en momentos especiales todos se reencuentren. Entienden la importancia de estar en familia.

Vienen a mi mente los bellos recuerdos de las navidades, donde toda la familia se reunía en casa para celebrar esta fecha tan especial. Sesenta personas unidas conviviendo en armonía.

Así mismo, volvíamos a juntarnos para recibir el año nuevo. Era hermoso ver la mesa rodeada de la familia, en un ambiente festivo, recibiendo el Año Nuevo agradeciendo a Dios por lo recibido de su mano durante el año que terminaba.

Con el tiempo, algunos miembros de la familia emigraron y ahora añoran ese tiempo hermoso de convivencia. No es fácil estar lejos de los seres que amamos.

Esos momentos han quedado guardados en su memoria como algo muy especial porque para ellos fue de gran trascendencia. No cabe duda, la familia es el núcleo más importante de nuestra sociedad y no debería de perder su valor.

El ser humano fue creado por Dios para habitar y convivir en familia. Una persona que no entiende esto se expondrá a la soledad y al aislamiento.

No hay nada cómo tener el calor de una familia. El sabio Salomón escribió: “Mejor son dos que uno, porque si cayere, el uno levantará a su compañero, pero ¡Ay del solo!

Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante… Y si alguno prevaleciere contra uno, dos lo resistirán. Cordón de tres dobleces no se rompe pronto”.

¡La unión hace la fuerza! Ese es el verdadero valor de la familia, la unidad. Hoy hay tantas familias desunidas por lios herencia u otro tipo de situaciones.

Recordemos, nadie se llevará nada material cuando se vaya. Lo más importante es conservar la relación de familia. Tengamos siempre presente que entre más grueso sea el cordón, será más resistente. Estemos juntos en las buenas y en las malas para que cuando partan nuestros amados, no lamentamos el tiempo que perdimos separados.