Ciudadanía y economía circular




Con el objetivo de transformar el esquema tradicional de gestión de residuos en un modelo basado en la economía circular, el gobierno de México hizo pública en febrero de 2019, la estrategia “Visión Nacional hacia una Gestión Sustentable: Cero Residuos” como diseño ecológico, de reutilización y medidas similares, para ser integrada al Plan Nacional para la Prevención y Gestión Integral de Residuos.

La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.

En la práctica, el papel del ciudadano en la economía circular es demostrar un cambio de actitud y de comportamiento; Implica reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional.

Uno de los grandes desafíos de México es la gestión de los residuos dado que produce más de 44 millones toneladas al año y se estima que este número llegue a 65 millones para el año 2030. Hoy, aproximadamente el 90 por ciento de los residuos sólidos termina en tiraderos al aire libre o rellenos sanitarios.

En el mundo, cada año se talan 15 billones de árboles; ocho millones de toneladas de plástico llegan al mar en el mismo periodo y 90 por ciento de las aguas residuales en los países en desarrollo vuelven a los ríos y lagos sin ser tratadas.

A diferencia de la economía lineal, en la que se produce, se usa y tira, la circular pretende reducir, reusar y reciclar. Con ello se mejoraría el medio ambiente, se enfrentaría el cambio climático y se promovería una alternativa de estilo de vida, pues el consumo de recursos sería racionalizado y se contribuiría a disminuir los residuos. En resumen, la Economía Circular es “… una nueva forma de diseñar, hacer y usar cosas dentro de los límites del planeta”.

Como se puede observar, la Economía Circular está directamente relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y como tal sus principios deberían ser pilares para tomar acciones que permitan avanzar en la agenda 2030, para no solo, cumplir con los compromisos adquiridos como región, si no para lograr el cuidado del planeta y brindar mejores condiciones de vida a los seres humanos.

Una alternativa implica un conjunto articulado e interrelacionado de acciones normativas, operativas, financieras, de planeación, administrativas, sociales, educativas, de monitoreo, supervisión y evaluación, para el manejo de residuos, desde su generación hasta la disposición final.

Para ello, es necesario establecer un modelo sustentable regional para la gestión de residuos, sensibilizando a los habitantes sobre la importancia del manejo de sus residuos, dignificar a los pepenadores, fortalecer la recolección segregada por tipo de residuo y material, a fin de prevenir y minimizar los impactos a la salud y al medio ambiente.

Para lograr lo anterior, es necesario un cambio de gestión actual, para adoptar un esquema que permita fortalecer institucionalmente a los municipios con la finalidad de lograr una gestión integral de los residuos sólidos urbanos.

#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.



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