Preocupa a ambientalistas y protectores de tortugas, la infertilidad que están registrando los huevos de la tortuga Laúd, (Dermochelys coriacea), misma que es una de las especies de tortugas marinas más antiguas que existen.
Esta especie ha existido desde hace al menos 100 millones de años, lo que significa que coexistió con los dinosaurios. Su longevidad como especie la convierte en una de las criaturas más antiguas y resistentes del planeta.
Aunado a ello está el hecho de pueden llegar a medir hasta dos metros de largo y un peso de más de 900 kilos, por lo que también se le conoce como la tortuga dinosaurio, por su existencia desde hace millones de años.
Esta especie se encuentra en peligro, ya que lamentablemente no se ha logrado registrar que eclosiones, por lo que creen que es por falta de fertilización, pocos machos.
En el centro tortguero Caretta localizado en el kilómetro 4 del ejido Tortuguero, no han logrado tener reproducciones de esta especie, que es una de las cinco que llegan a desovar, según así lo informó el presidente de la fundación Caretta Alfonso Monroy Zamites.
Cabe señalar que la poca fertilidad de los huevos de esta especie, también pueden ser atribuidos a las condiciones ambientales, humedad y temperatura de la arena donde son incubados los huevos, ya que de no ser óptimos, se reduce significativamente su fertilización y desarrollo.
De igual manera interviene la calidad de la playa donde las tortugas ponen sus huevos puede influir en la fertilidad. Las playas erosionadas o contaminadas pueden afectar la viabilidad de los huevos.
La contaminación así como la exposición a pesticidas y otros productos químicos puede afectar la salud reproductiva de las tortugas laúd, reduciendo la fertilidad de sus huevos.
Hay otro factor que también tiene mucho que ver y es la perturbación de los sitios de anidación por humanos, ya sea por actividad recreativa, construcción o iluminación artificial, puede afectar el comportamiento de anidación y la fertilidad de los huevos.
Cabe señalar que en poblaciones pequeñas y aisladas, la falta de diversidad genética debido a la consanguinidad puede llevar a una menor fertilidad y a un mayor riesgo de enfermedades genéticas.
También interviene la depredación por animales como aves, cangrejos, perros y otros depredadores, lo que puede afectar la tasa de éxito de los nidos y que logren eclosionar.
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