México | 2023-10-22
En Juchitán habitan los muxes, personas que también son conocidas como el tercer género y que, dentro de su comunidad, son considerados como una verdadera bendición. Los muxes viven en Juchitán, región zapoteca del Istmo de Oaxaca.
Se trata de personas que no corresponden al género masculino o femenino sino a uno que se niegan a definir y que es conocido como el tercer género.
La riqueza cultural mexicana es inmensa. Como prueba de ello tenemos a los muxes quienes habitan en Juchitán, región zapoteca del Istmo de Oaxaca, y que podrían definirse como el tercer género ya que no se sienten identificados ni con el femenino ni con el masculino.
Pero, entonces ¿quiénes son los muxes? Se trata de personas que nacen siendo del sexo masculino y que, conforme crecen, asumen roles femeninos en distintos ámbitos (como el social o el sexual).
Además, a diferencia del español, en el zapoteco se emplea una misma forma para dirigirse a hombres o mujeres. Aunque es común escuchar que en Juchitán habitan mujeres, hombres y muxes.
Es importante señalar que, como menciona Marinella Miano Borruso: "Tradicionalmente, ser muxe no dependía de la orientación sexual. Es un género cultural, una función social y una identidad, pero no una característica del deseo sexual de alguien."
Es por ello que un muxe puede ser heterosexual, asexual o gay aunque sin que llegue a identificarse como transexual o travesti porque el que es muxe solo puede identificarse como muxe.
Aunado al desafío que los muxes pueden representar para ciertos sectores ajenos a su comunidad, el tercer género ocupa un lugar imprescindible en su entorno.
Enriquecen y nutren la vida de sus familiares al grado de ser considerados verdaderas bendiciones. Y es que los muxes son los encargados de cuidar a sus padres cuando estos envejecen y se quedan solos.
Otra de sus funciones sociales es diseñar y bordar los hermosos trajes típicos que distinguen a la región juchiteca. No obstante, el tercer género aún enfrenta desafíos.
De hecho, algunos de ellos han optado por romper un poco con los roles que les fueron encomendados y han decidido dedicarse a otras profesiones.