México | 2024-07-01
Cincuenta tolvas cargadas con maíz sinaloense salieron la tarde del viernes del puerto de Salina Cruz, en Oaxaca, hacia Coatzacoalcos. Al final de 308 kilómetros de recorrido en ferrocarril, el grano (que comenzó su viaje en Topolobampo) retornará algunos pasos a Jáltipan para ser procesado y, eventualmente, una parte volverá a embarcarse en forma de harina y productos finales hacia otros países.
Descargar, mover, procesar y volver a cargar es una suerte de ciclo que resume el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). Más allá del mero cruce de mercancías, a manera de lo que pasa en el Canal de Panamá, se tiene la meta de crear una franja industrial que en un punto reciba materia prima y que, a su paso por el estrecho continental se transforme en otro producto con un mayor valor agregado.
La idea de establecer en el Istmo de Tehuantepec un desarrollo industrial para la producción de bienes intermedios y finales se arrastra desde el sexenio pasado bajo las nombradas Zonas Económicas Especiales (ZEE), que serían concesionadas a privados. El proyecto no quedó abandonado, pues durante esta administración y bajo la tutela de la Secretaría de Marina (Semar), fue retomado.
Pensar en el Corredor Interoceánico como una competencia al Canal de Panamá resulta reduccionista, detallaron funcionarios durante un recorrido por algunas obras que lo integran. Su finalidad no se ciñe a ser un paso de mercancías desde Asia por la costa de Estados Unidos, sino de localizar, a lo largo de una franja de más de 3 mil hectáreas entre los océanos Pacífico y Atlántico, complejos industriales que también son una fuente de empleo formal en la región.
El CIIT se conforma por una serie de empresas y organismos de distinto tamaño y especialización. Una parte es el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), mil 96 kilómetros de vías férreas para el movimiento de carga y personas; otra los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis), 12 territorios son servicios básicos e incentivos fiscales para atraer inversión; y, por último, cuatro puertos: Salina Cruz, Puerto Chiapas, Dos Bocas y Coatzacoalcos, los cuales servirán como puerta de entrada y salida para el comercio exterior.
El Tren Interoceánico es un sistema que da servicio a pasajeros y también transporta carga por medio de tres líneas de ferrocarril: la Z, que va de Coatzacoalcos a Salina Cruz (308 km); la FA, que va de Coatzacoalcos a Palenque (329 km); y la K, de Ixtepec a Ciudad Hidalgo (459 km). Es el esqueleto de una zona integrada por los 12 Podebis a desarrollarse en la región, en los que se tiene el objetivo de ubicar industrias eléctricas y electrónicas; semiconductores; vehículos eléctricos; autopartes y equipos de transporte; dispositivos médicos; farmacéuticas, agroindustrias; metales y petroquímicas; entre otras.
Pero así como la rehabilitación del ferrocarril, que según funcionarios de la Semar ya se está llevando carga sobre la línea Z en las tardes y noches, para no empatar con el servicio de pasajeros, se requiere la ampliación y la restauración de los puertos, para que puedan recibir buques de calado similar a los que transitan el Canal de Panamá.