Tabasco | 2024-08-22
Cerca de la comunidad de Teapa, hacia el sur de Tabasco se levanta el cerro del Coconá; desde este punto hay que caminar alrededor de 20 minutos entre senderos tapizados de verde, hasta a la cavidad de la Gruta de las Canicas, nombre que recibe por las formaciones rocosas que se encuentran en su interior.
Todo intrépido y deseoso de llegar al encuentro de estas pequeñas formaciones esféricas, primero se enfrenta a un espectáculo increíble que otorgan las figuras creadas por estalactitas y estalagmitas, dentro de esta galería de 529 metros de longitud y 17 metros de profundidad.
Mientras los amantes de la aventura se adentran cada vez más por esta cavidad, los caminos se hacen estrechos, al grado de atravesarlos a gatas, para después arrastrarse en compañía de una completa oscuridad, que sólo es alumbrada por sus cascos, cuya luz finalmente revelan la presencia de una galería de aproximadamente 80 metros cuadrados, donde se halla el tesoro esperado.
Se debe tener suma precaución, pues el piso está cubierto por más de 18 millones de pequeñas esferas de calcita, que cubren un espacio que simula una media luna de 8 metros de ancho, por 6 metros de fondo. Todo un océano petrificado por la presencia de canicas entre 1 y 1.5 centímetros de diámetro; aunque, en menos cantidad, también alcanza los 7 centímetros.
De acuerdo con los especialistas, estas perlas de las cavernas se originan cuando un núcleo de materia, como es el caso de un grano de arena, empieza a acumular capas sucesivas de calcita a consecuencia del movimiento producido por el agua, al ser salpicada por la naturaleza o en forma de gotas.
Entre sus curiosidades las perlas crujen en el momento en que se camina sobre ellas, pero gracias a su sólida constitución, no se rompen ni sufren daño alguno. Al llevar la vista hacia arriba de este salón, la luz adaptada al casco deja al descubierto grandes columnas de estalactitas, que también dan un espectáculo sorprendente.
Un recorrido que concluye 30 metros después, justo en una cámara abovedada de 5 metros de alto. En su parte central se levanta una bella columna, que despide a los aventureros de esta expedición en La Gruta de las Canicas en Tabasco.