Guerrero | 2023-09-03
A casi nueve años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el medio estadounidense The New York Times (NYT) dio a conocer que obtuvo acceso a alrededor de 23 mil mensajes de texto y llamadas telefónicas que revelan nuevas pistas sobre el caso.
El medio indica que llamadas y mensajes interceptados dan cuenta de que las autoridades del estado de Guerrero ─al menos en la zona de Iguala─ llevaban meses trabajando para el crimen organizado, y la noche del 26 de septiembre de 2014 recibieron la orden de "perseguir a los rivales".
Esa noche, según lo que el NYT encontró, militares monitorearon de cerca el secuestro de los estudiantes, pero nunca acudieron a su auxilio, pues también trabajaban para el cártel Guerreros Unidos.
La colaboración entre el crimen organizado y las autoridades de Guerrero consistía, básicamente, en informar sobre todos los movimientos de las fuerzas de seguridad en la región. El líder del cártel incluso recibía fotos de los cadáveres, enviadas por un forense de quien también hay mensajes.
De acuerdo con el Times, tras el asesinato de algunos de los estudiantes de Ayotzinapa, los criminales incineraron sus cuerpos en un crematorio propiedad de la familia de dicho forense.
Las comunicaciones de Guerreros Unidos fueron interceptadas en 2014 por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés), como parte de una investigación de las actividades de tráfico de drogas del cártel en los suburbios de Chicago.
Los mensajes obtenidos por el NYT no solo abarcan la noche del 26 de septiembre de 2014, sino de fechas previas que pudieran ser la clave de lo que ocurrió con los estudiantes.