| 2024-11-01
La celebración del Día de Muertos está relacionada con la colocación de altares u ofrendas en los hogares mexicanos, sin embargo no todas las personas lo hacen, ya sea por factores como el tiempo o recursos, lo que lleva a la pregunta sobre qué pasa si alguien no cumple con esta tradición.
La ofrenda en este día especial, es símbolo de una conexión y un recuerdo permanente de los familiares, amigos o conocidos que se han adelantado y trascendido a otro plano. Y pueden colocarse en los hogares, centros de trabajo o incluso escuelas.
A pesar de los factores que pueden llevar a una persona a no colocar ofrenda, el no hacerlo se considera como un desaire hacia las costumbres y tradiciones en México. Y es que, podría interpretarse además como una falta de conexión con nuestros seres queridos que pasaron a otro plano.
Además, se cree que al no contar con una ofrenda, las almas de los difuntos cercanos al hogar no pueden regresar a visitar a la familia, lo cual podría provocar tristeza y desconexión entre la familia.
Una de las leyendas más populares sobre no colocar ofrenda el Día de Muertos, narra que un campesino, que dedicaba sus días a labrar sus tierras, decidió ir a trabajar en la víspera de este día ya que consideraba que la colocación de ofrenda era una pérdida de tiempo y además no quería gastar dinero en algo que para él no era importante.
Tras unas horas en el trabajo, escuchó voces que le pedían de comer: "Hijo, tengo hambre. Hijo, quiero comer unos tamales. Ven con nosotros". Después de un rato, identificó esas voces como las de sus familiares que pedían comida y platicaban entre ellos.
El campesino con miedo, decidió irse a su casa y al llegar, le pidió a su esposa matar un guajolote, hacer tamales y colocar un altar en honor a sus familiares fallecidos; mientras que él tomaba un descanso.
Después de que su esposa terminó de colocar el altar, decidió hablarle al campesino, sin embargo no logró despertarlo porqué el hombre había muerto.