México | 2024-10-28
Una reciente ceremonia de graduación de lashistas en México desató gran polémica entre el gremio médico y las estilistas, pues las graduadas decidieron usar batas blancas y replicar el ritual "el paso de luz", tradicionalmente reservado para enfermeras.
La reciente práctica del "paso de luz" por parte de lashista, personas que ofrecen servicios de extensiones de pestañas, ha generado polémica en redes sociales y el rechazo del gremio de enfermería en México.
Enfermeras de distintas instituciones han manifestado su molestia no solo por el uso de la bata, prenda reservada para el personal médico, sino también por la apropiación de un procedimiento profesionalmente significativo en el contexto clínico.
El "paso de luz" es una práctica que, en el ámbito de la enfermería, se refiere a la comprobación y ajuste del ambiente clínico, verificando que las luces y la disposición del espacio estén en condiciones óptimas para el cuidado del paciente.
Este procedimiento tiene una relevancia fundamental en los hospitales y clínicas, pues contribuye a mantener un ambiente de higiene y seguridad, minimizando riesgos y asegurando la eficiencia del tratamiento médico.
Al ser replicado en salones de belleza y acompañado del uso de bata médica, este protocolo ha sido señalado como una práctica inapropiada y carente de respaldo sanitario.
"La bata representa no solo una prenda, sino una responsabilidad profesional en la salud de las personas", expresó una enfermera en redes sociales.
En su perspectiva, el uso de esta indumentaria por parte de lashistas puede desvirtuar el rol de la enfermería y confundir al público sobre el tipo de servicios que estos locales están capacitados para ofrecer.
"Ellas tienen clientes, no pacientes", "¿En qué momento la vida de alguien está en sus manos?" y "¿De qué sirven los seis años de carrera si cualquiera puede vestirse igual?", son otros de los comentarios que se leen.
Especialistas en enfermería subrayan que el "paso de luz" no debe ser replicado en contextos no médicos, ya que podría transmitir la falsa idea de un ambiente clínico seguro en salones de belleza.