Coatzacoalcos Ver | 2024-10-09
Aunque la astenia suele asociarse más con la primavera, los cambios propios del final del verano, como la reducción de las horas de luz y las temperaturas más frías, también tienen un impacto notable en el organismo.
Según la psicóloga Delia García de Sanitas, uno de los factores clave es la menor exposición a la luz solar, lo que provoca un aumento en la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y una disminución de serotonina, la hormona del bienestar. Esto puede generar somnolencia, apatía e incluso un leve decaimiento anímico.
Para hacer frente a este cansancio estacional, los expertos recomiendan realizar algunos ajustes en el estilo de vida, prestando especial atención a tres áreas clave: sueño, alimentación y ejercicio físico.
Claves para mantener la energía en otoño
1. Mantén un horario de sueño regular
Uno de los hábitos más efectivos para contrarrestar la fatiga otoñal es regular el horario de sueño. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a que el cuerpo se adapte mejor a los cambios de luz. Además, es esencial dormir entre 7 y 8 horas diarias para permitir una correcta recuperación de energía.
2. Alimentación equilibrada y rica en nutrientes
Una dieta adecuada juega un papel fundamental en la lucha contra el cansancio. Según la nutricionista Ingrid Andrea Daniele de Sanitas, es importante incrementar el consumo de vitamina C para fortalecer el sistema inmunológico, así como alimentos ricos en hierro y magnesio, que ayudan a reducir la fatiga.
La reducción de las horas de sol puede afectar el estado de ánimo, por lo que es crucial aprovechar al máximo la luz solar. Los paseos al aire libre, especialmente por la mañana, no solo activan el cuerpo, sino que también aumentan los niveles de serotonina, mejorando así el bienestar emocional.
El ejercicio moderado, como caminar al menos 30 minutos al día o practicar yoga, es esencial para mejorar el estado físico y mental. El ejercicio físico ayuda a liberar endorfinas, las conocidas «hormonas de la felicidad», y contribuye a mejorar la calidad del sueño.