¿Y SI NO HUBIESE RESUCITADO?

Momento reflexivo; ¿Y SI NO HUBIESE RESUCITADO?

Coatzacoalcos | 2023-04-08

Esta Semana se le da el nombre de SEMANA SANTA porque los cristianos de todo el mundo celebramos los últimos acontecimientos en la vida de nuestro Señor Jesucristo.

El vía crucis que vivió hasta llegar al calvario, donde fue crucificado en un madero junto a dos malhechores. Así expiaría los pecados de toda la humanidad. Un Jesús que se hizo hombre, vivió y habitó entre nosotros y vimos su gloria, como del Unigénito del Padre lleno de gracia y amor.


Para los cristianos del mundo, éstos son días importantes de recogimiento espiritual y de reflexionar en todos los momentos difíciles que Jesús vivió. Siendo el Hijo de Dios se hizo hombre para poderse ofrecer en sacrificio. El Justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

Por lo que hoy, debería haber profunda gratitud en los corazones de quienes valoramos ese cruento sacrificio, reconociendo el amor tan grande él que tuvo y que lo llevó a entregar su vida por nosotros.

Pero, alguna vez hemos pensado ¿qué hubiese pasado si Cristo no hubiera dado su vida en expiación por nuestros pecados y, sobre todo, si no hubiese resucitado al tercer día?

Entonces vana sería nuestra fe. Vana aún nuestra predicación de esta buena nueva. Pero ¡RESUCITÓ! Dejó la tumba vacía. En ella sólo quedó la corona de espinas y el sudario, mudos testigos de aquel terrible drama. Usualmente a todos aquellos que han muerto se les lleva flores a sus tumbas, porque ellas guardan sus restos mortales.

No así la tumba de Cristo que quedó "vacía". El Hijo de Dios se coronó de gloria al vencer la muerte con su poder. Desde entonces, aceptarlo y creer en él es el paso para llegar al cielo.

Miles de años han transcurrido. Sin embargo, nuestra esperanza se sigue afirmando en su gloriosa resurrección porque comprendemos que en el día de nuestra muerte, si hemos creído en Él, tendremos una vida eterna donde estaremos para siempre gozando de su gloriosa Majestad.

Esa esperanza nos alienta a seguirle y a vivir como él nos enseñó, obedeciendo las Sagradas Escrituras, la cual nos dejó como una guía para que sigamos el camino correcto.

Cuando Jesús estuvo en esta tierra se dedicó a enseñarnos cómo vivir rectamente y hacer el bien. Cuando él partió con su Padre dijo a sus Discípulos que iba a preparar un lugar, para que donde él está, también nosotros estemos.

Pero no nos dejó solos. Envío a su Espíritu Santo para que esté con nosotros.

¡Qué hermoso Tener esta esperanza!

De tal manera nos amó Dios, que dio a su Hijo amado, para que todo aquel que cree en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Hoy celebramos con gran regocijo su gloriosa Resurrección. En nuestros labios debe haber un canto de victoria que diga: "Mi ser entero te canta y te llena de loores, la muerte ya no me espanta la venciste con honores.

.
.