Sin patear el pesebre
Sin patear el pesebre
| 2024-11-27
Un joven estudiante me hizo este comentario, Licenciado, nos gustaría que nos diera clases en el noveno semestre sobre el nuevo sistema de justicia penal ahora en el mes de enero, ya se lo pedimos al director de la facultad para ver si usted puede impartirnos clases, pero quisiera preguntarle su punto de vista ¿cuándo defiende alguna persona que cometió algún delito, cómo se puede dar cuenta uno si nos está diciendo la verdad de los hechos o nos está mintiendo?
Esta es una pregunta que me hicieron y claro que me gustaría impartir cátedras para que a los jóvenes se les pueda enseñar lo que van a ejercer cuando sean unos profesionales del derecho, es muy importante preparar a nuestra juventud.
Voy a transcribir algunos puntos de vista de cómo puede darse uno cuenta cuando defiende a una persona acusada de un delito, nos está mintiendo o nos dice la verdad:
- Las personas que dicen la verdad usan el gesto de "ponerse de frente" sin dudar. El mentiroso tiende a evitar la alineación frontal directa, y usualmente se sentará usando un lenguaje corporal de brazos y piernas cruzados, como si estuviese congelado".
- Para distanciarse psicológicamente de la mentira, el mentiroso usará con frecuencia pronombres imprecisos como "ustedes", "nosotros", y "ellos".
- Cuando las personas dicen la verada, usualmente hacen gestos con las manos que enfatizan y coinciden el ritmo de su discurso, una condición natural cuando estamos convencidos de lo que estamos diciendo. Las personas poco sinceras controlarán mucho más sus manos y harán pocos gestos con ellas.
- Los mentirosos más experimentado no sudará ni una gota, pero el resto de nosotros tendemos a ponernos nerviosos al mentir. En ese caso, nuestros ojos pueden moverse mucho, tener un tono de voz más agudo que de costumbre, enrojecernos o respirar más profundamente.
- Los mentirosos tienden a pedirte que repitas la pregunta, iniciando sus con "¿quiere que te diga la verdad?" o "para serte sincero..." Las respuestas evasivas también deberían despertar tus sospechas.
- El teléfono tiende a facilitarle el trabajo a los mentirosos. El teléfono es el medio preferido para decir mentiras, casi en un 37%; dejando 27% al "cara a cara", 21% en chats y apenas 14% por e- mail. No es de extrañar, pues las conversaciones telefónicas no permiten detectar el lenguaje corporal y no dejan evidencias como los correos electrónicos.
- Un mentiroso puede que no haya pensado en todos los detalles de su historia. Si crees que te mientes, indaga sutilmente en los detalles.
- Cuando un apersona miente, las pausas entre cada palabra que dice aumentan sensiblemente.
- El mentir pone a la gente a la defensiva. Mientras una persona sincera está dispuesta a cooperar y dar explicaciones, un mentiroso se pondrá a la defensiva y será menos cooperativo.
- Cuando una persona dice la verdad, es perfectamente posible que diga sus razones con una o varias imperfecciones; en ese caso, no tendrá problema en reconocerlas y volverlas a explicar. Un mentiroso tendrá problemas en admitir tales "pequeñas imperfecciones", y no estará dispuesto a explicarlas.
- Algunas personas tienen la costumbre de dudar antes de hablar, en cualquier circunstancia; es como si pensaran siempre sus respuestas. Si de repente responde sin dudar, es una señal de alerta.
- Atención con los "errores" al hablar, como por ejemplo, confundir una palabra por otra. Generalmente decimos, jocosamente "Te traicionó al subconsciente". Esos pequeños deslices puede que sean más ciertos de lo que crees.
- Las personas que dicen la verdad, en su lenguaje corporal y de gestos, usan la totalidad de sus músculos faciales; los mentirosos sólo sonríen con sus bocas, sus ojos no reflejan sus emociones.
Cualquier parecido con políticos y parejas sentimentales es mera coincidencia.