Veracruz | 2024-02-06
La gran ventaja que tienen los candidatos de la oposición sobre los aspirantes de la alianza de Morena, es que estos últimos un buen número fueron funcionarios que acaban de dejar el cargo para postularse y eso les da margen a los del PRIAN a denunciarlos porque es muy común que la gran mayoría de los servidores públicos salen raspados ya sea por malos manejos o por sus propios empleados que ven la gran oportunidad de acusarlos y de desquitarse de sus jefes por todos los motivos que les permita su imaginación sobre malos recuerdos desde tienen de malos tratos, de olvidarse de ascenderlos o de mejorar sus emolumentos o cancelarles permisos y retrasarles sus vacaciones. Encontrarle defectos a un funcionario público es una tarea demasiado fácil y se prestan muchos testigos para hacerlos.
Para la candidata Norma Rocío Nahle su paso por la Secretaría de Energía y la construcción de la refinería de Dos Bocas, para Manuel Huerta Ladrón de Guevara las acusaciones sobre abusos sexuales, del médico Roberto Ramos Alor, su denuncia sobre malos manejos económicos en la Secretaría de Salud y así sigue la historia de muchos candidatos que trabajaron en los gobiernos de Morena en la que los neoliberales tienen un campo muy extenso para explotar y ya lo están haciendo. A Pepe Yunes lo salva que su mayor actividad ha sido legislativa.
La guerra sucia encontró el terreno abonado y apenas empiezan las campañas. Eso de meterse a la política se debe tener un espíritu muy marcado del masoquismo.
Ya empezaron los problemas para Bertha Xóchitl Gálvez con los dirigentes de los partidos que abanderan su alianza, ya empezaron a poner sus condiciones en caso de ganar quieren las secretarías más importantes del próximo gabinete presidencial.
Lo que es Gobernación, Hacienda y Seguridad Púbica están entre las más disputadas y obviamente para no enseñar el cobre de manera más disimulada la de Obras Públicas, Fiscalía general de la Nación, Auditoría Superior de la Federación, Comunicaciones y Transportes, aunado a ciertos manejos que le corresponden directamente a la Presidencia de la Presidencia de la República.
Obviamente la candidata les dijo que no era de su competencia a los indignados y molestos Alejandro Moreno y Marko Cortés.
Desde que empezó a trabajar El Heraldo de México como periodista Joaquín López Dóriga, como todo novato reportero empezó con las fuentes que a nadie le gustan, su inquietud por conocer mejores actividades se le destinó la fuente financiera. Eso le permitió codearse con los secretarios de Hacienda y obtener mejores notas en la primera plana que al jefe de Redacción, un tal Maquiavelo, le tocaba seleccionar y elaborar durante más de doce años del entonces periódico que disputaba en circulación nacional con el Excélsior, de Julio Scherer que quería llevarse a este columnista de Imagen.
En la redacción Joaquín se portaba de manera seria y educada tenía su escritorio en una tercera fila y cuando terminaba sus notas se esfumaba. Su gran amigo era Alberto Peniche Blanco el gerente del diario. De esto que estoy hablando han pasado más de 60 años. El que se haya equivocado de nombre al despedir a Xóchitl con Claudia es algo común para un periodista que tienen en su memoria varios centenares de nombres y apellidos, con sus respectivos cargos públicos del presente y del pasado.