NACER DE NUEVO (Primera parte)

Un rayito de luz en las tinieblas; NACER DE NUEVO (Primera parte)

Coatzacoalcos | 2023-06-06

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Yahshua de noche, y le dijo:

Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Yahshua y le dijo:

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Yahshua:

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan 3:1-6

Nicodemo era uno de estos judíos que también había quedado admirado con los milagros del Señor Yahshua. Pertenecía a la secta de los fariseos, secta religiosa muy respetada por los judíos, y era miembro del Sanedrín (corte suprema de los judíos).

Nicodemo al venir de noche al Señor, demostraba que no quería verse comprometido con los líderes judíos, y aseguraba al Señor que los fariseos tenían conocimiento de la divinidad de Él.

Nicodemo, presuntuosamente declaró al Señor que conocían que Dios estaba con Él por deducción  lógica al ver las señales que hacia el Maestro.  Sin embargo, el Señor rechazó tal afirmación de Nicodemo, haciéndole saber que solo el Reino de Dios se puede ver NACIENDO DE NUEVO. (v-3).

Lo dicho por el Señor, sorprendió  mucho a Nicodemo que contestó desconcertadamente buscando una solución a las palabras del Señor Yahshua ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?

¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? (v-4).  Esto dijo Nicodemo interpretando las palabras del Señor  Yahshua de forma literal, sin darse cuenta del valor espiritual de lo que estaba escuchando.

Sin embargo, el Señor le declara la posibilidad de nacer de  agua y del Espíritu, de lo contrario no podía entrar en el Reino de Dios. (v-5).

Y dijo: lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (v-6).

Con todo esto, el Señor estaba presentando a Nicodemo su plan de Reino; esto es,  que el hombre pecador debe sufrir un cambio para ser apto y pasar a tomar parte  en los planes divinos  del Señor. Por esta razón el Señor dijo:

Ningún pecador puede ver y mucho menos entrar en el Reino de Dios, si no nace de nuevo; este nacimiento sería de agua y del Espíritu. El agua es un símbolo de la palabra de Dios que purifica. (Efesios 5:26).

También  símbolo de bautismo. (Juan 1:26). El Espíritu Santo se recibe en el bautismo del Señor Yahshua. (Juan 1:33). Es muy probable que nacer de nuevo, Nicodemo lo relacionara con el bautismo de Juan el Bautista, cuando en su predicación, el profeta relacionaba los dos conceptos del agua y el Espíritu.

El profeta dijo: El que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. (Juan 1:33).

Nicodemo, como un principal entre los judíos, conocía bien el ministerio que había llevado a cabo Juan el Bautista, y como fariseo había sido uno de los que había rechazado el ser bautizado por Juan.

La palabra de Dios dice: Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan. (Lucas 7:30). Pero ¿por qué este rechazo?

Pues básicamente, porque el bautismo en agua de Juan iba acompañado por un llamado al arrepentimiento genuino y a no conformarse con el hecho de que porque fueran descendientes de Abraham, ya estaban preparados para la venida del Mesías (Mateo 3:7-9) y estas dos cosas, no las quisieron aceptar los fariseos.

Ellos se creían justos y por eso no quisieron participar de un bautismo que implicaba reconocer que no lo eran. Así que prefirieron pensar que por ser hijos de Abraham, ya estaban dentro del Reino de Dios.

Pero el Señor le estaba recordando a Nicodemo que para nacer de nuevo, debía cambiar el concepto que como fariseo tenía de sí mismo, que él era un hombre pecador que necesitaba arrepentirse si quería estar preparado para la venida del Mesías y su Reino.


Hoy, el Señor Yahshua nos dice, así como le dijo a Nicodemo: el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. (Juan 3:5).

Esto implica, reconocer al Señor Yahshua como Hijo de Dios, arrepentirnos de nuestros pecados y bautizarnos, que el Señor completará la obra por medio del bautismo en el Espíritu Santo.

Recordemos que en la venida del Espíritu Santo, Pedro les dijo a los judíos y a todos los que habitaban en Jerusalén: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre del Señor Yahshua para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2:38).

Nacer de nuevo es la oportunidad de pertenecer al Reino de Dios porque ningún pecador puede estar en él.   

Nacer de nuevo quiere decir  que en el hombre debe  brotar y aparecer la naturaleza divina que tenía cuando Dios lo formó a su imagen y semejanza. (Génesis 1:26).  Aquellos que cambien su naturaleza pecadora por una naturaleza divina serán calificados y aceptados para entrar en el Reino de Dios.

Nacer de nuevo es nacer de un modo diferente, de otra naturaleza; engendrados por voluntad de Dios. (Juan 1:13). Y esta voluntad de Dios está en su Hijo Yahshua. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17).

En el Señor Yahshua somos  una nueva generación.

Él es el portador del agua y del Espíritu que necesitamos. El Señor se lo manifestó  a Nicodemo, este nuevo nacimiento se dará de agua y del Espíritu. (Juan 3:5).

Continuará. Paz de Yahshua.    

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