Coatzacoalcos | 2023-12-12
A todos los sedientos: venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. Isaías 55:1-3.
Desde hace muchos siglos, Dios dispuso en su corazón hacer misericordia en beneficio para toda la humanidad; pues a Moisés dijo: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9:15,16).
El amor compasivo de Dios beneficia al hombre pecador perdonándole todos sus pecados y dando vida eterna por medio de su Hijo Yahshua quién murió en la cruz para redimirnos de nuestros pecados.
Su palabra dice: Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). (Efesios 2:4,5).
Debo enfatizar que la misericordia y la Gracia son actitudes y disposiciones muy semejantes en Dios, ya que las dos obran para un bien común.
Cuando la misericordia de Dios es derramada por la Gracia de nuestro Señor Yahshua, esta toma gran fuerza en el curso que lleva para hacerse realidad en el hombre perdonando todos sus pecados.
La palabra de Dios dice: ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.
El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. (Miqueas 7:18-19).
Esta misericordia se extiende para toda la humanidad, el Señor Yahshua llama a todo sediento a venir a Él y comer de Él. Al que tiene necesidad de saciar su sed, y ha bebido en diferentes manantiales del mundo pero que no ha logrado sentirse satisfecho, venga al Señor.
Aquel que no ha podido saciar su hambre con la comida superficial que el mundo le da, venga al Señor, porque en el Señor Yahshua está el manantial de la vida.
Es importante reconocer el sacrificio del Señor Yahshua para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, solo así nuestra vida gozará de completa paz, libre de inquietudes mundanas. La palabra de Dios dice: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Isaías 26:3).
En el curso de la vida, experimentamos vacíos y necesidades que nos llevan a buscar soluciones superfluas para saciar nuestra hambre y sed. Buscamos paz interior y no la encontramos.
Tomamos aguas de diversión pero no nos sentimos saciados. Comemos y disfrutamos del placer carnal, pero quedamos con hambre. Así, vamos de manantial en manantial, y al final de todo volvemos a sentirnos sedientos y hambrientos.
Es que nuestros pecados apartaron de nosotros el bien, porque el pecado que mora en nosotros es el que nos lleva a beber de esos manantiales que son solamente como espejismos en el desierto y que nos ofrecen saciar nuestra sed pero que solo es una ilusión engañosa que hace que el hombre se sienta satisfecho momentáneamente, pero su alma desfallece de continuo.
Ciertamente el pecado no nos ha dejado ver el agua viva que la misericordia de Dios a puesto delante de nosotros para calmar nuestra hambre y nuestra sed.
Hemos gastado nuestro dinero en lo que no es leche y pan, no hemos comido del bien, nuestra alma no se ha saciado con la grosura de la palabra de Dios. (Isaías 55:3).
Pero hoy podemos venir al Señor Yahshua y vivirá nuestra alma, ella será saciada del alimento espiritual, porque grande es su amor y su misericordia para con nosotros.
En el Señor está el agua viva que realmente quita la sed. La palabra de Dios dice: más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:14).
No es necesario que tengamos dinero para obtenerla, la misericordia de Dios es gratuita. La oferta de Dios no requiere dinero, el Señor Yahshua pagó el precio en la cruz. (Isaías 53).
Ésta es una invitación de Dios para aquellos que tienen sed espiritual: Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. (Juan 7:37). Y no es sólo bebida, sino que el Señor Yahshua también ofrece el pan de vida.
El Señor dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. (Juan 6:35).
Hoy es el tiempo que deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahweh el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar (Isaías 55:7).
La misericordia gratuita de Dios está al alcance de todos. Dios quiere que reciban su misericordia porque Él quiere hacer un pacto con el hombre.
El Señor promete paz y regocijo a su alma; promete bendecirle siempre. (Isaías 55:12-13; 35:10; 65:13-14).
Amado lector: venir al Señor es despojarte de tu "yo", para llegar en humildad a Él, reconociendo que eres un pecador pidiéndole perdón. Entonces podrás experimentar la misericordia de Dios en ti cuando hayas tomado el primer trago y el primer bocado de comida espiritual que saciará tu alma en plenitud.
Ora así: Señor Yahshua, humildemente me acerco a ti reconociendo que soy un pecador. Padre, te pido perdón por todos mis pecados.
Ten misericordia de mí y sáciame de ti. Confieso que el sacrificio en la cruz, fue para el perdón de todos mis pecados y la salvación de mi alma.
Creo que Yahshua es el Señor a quien Dios el Padre lo levantó de los muertos y está sentado a su diestra con poder y gran gloria.