Coatzacoalcos | 2023-04-19
Qué gratificante resulta, para quien encuentra oportunidad de tener el gozo de la lectura, al recorrer las líneas escritas ya fuese de prosa o en verso, de un texto ameno e instructivo, tal como se muestra en las 191 páginas de la novela Las Buenas Conciencias (1959) publicada por el Fondo de Cultura Mexicana y catalogada ´de andadura realista y tradicional´.
Una de las primeras del escritor mexicano Carlos Fuentes Macías (1928-2012), figura fundamental del llamado boom hispanoamericano de los años 60; cuya narrativa es indagación sobre la historia y la identidad nacional, que combina tanto su dominio del más refinado lenguaje con el profundo conocimiento de los variadísimos registros del habla común y el regional.
La trama de esta obra literaria, expone el drama ocasionado a un adolescente que proviene de familia aburguesada, cuyos fundadores vinieron el siglo antepasado con la esperanza de ´hacer la América´ trabajando duro, pero ha vivido ya como cuarta generación, siempre con comodidades o privilegios, aunque desde pequeño creció sin el cuidado ni la guía moral de sus padres y, ante la realidad que empieza a descubrir reacciona ante los convencionalismos de su clase social y prejuicios raciales, aunado a la formación mística que trata de entender a su propia manera, para llevarse a la práctica inspirado en los sentimientos más genuinos.
Lo curioso del caso es que al darse la narración, detrás aparece como el trasfondo escénico los paseos a pie de sus personajes, recorriendo diversos sitios típicos de Guanajuato, junto con sus angostos callejones característicos, los cuales trazados en cierto rumbo dobla hacia el lado derecho y adelante tuerce a la izquierda.
Para desembocar finalmente en la plaza de San Diego ó San Roque; aspecto que acaso ejemplifica el carácter del habitante, quien más conoce las tácticas de la legalidad aparente para encubrir la voluntad decisiva y "posee una doble, y desarrollada facultad para aprehender lo teórico y convertirlo en práctica eficaz".