Veracruz | 2022-12-29
-Adiós el 2022, año para olvidar en todos sentidos
-La mercadotecnia de la FIFA en su máxima expresión
Y bien, estamos a pocos días para acabar el 2022 que deportivamente ha sido para el olvido.
Las selecciones femenil y varonil fracasaron en su intento por calificar a los Juegos Olímpicos de París 2024, algo que no estaba en el panorama, menos aún que en categorías menores se pierda la oportunidad de acudir a un campeonato del mundo.
Mónica Vergara en la rama femenil fue despedida y las riendas fueron tomadas por otras personas de proyección internacional, para tratar de instalar a este seleccionado en el sitio que se merece.
Para cerrar el mal año futbolístico, el equipo de Gerardo Martino no tuvo la mínima oportunidad de avanzar al cuarto partido en el Mundial de Qatar, ya ni siquiera después de la ronda de grupos y mucho menos soñar con el quinto duelo que parece una obsesión de los mexicanos.
Y como lo señalé anteriormente, el esquema, diseño o logística de un campeonato de futbol de esta talla tiene que ver con un poco de fortuna, pues a México le pudo tocar un camino que jamás se hubiera imaginado, pero que no pudo ser porque tampoco hizo méritos futbolísticos para ello.
Es decir, la suerte dice "ayúdate que yo te ayudaré" y el equipo del Tata no hizo su trabajo, ganar a Polonia, compromiso ganable, al menos empatar con Argentina que con todo el temor que le jugamos eso nunca lo sabremos si pudo suceder y golear, por qué no, a Arabia Saudita.
Calificar como primero lo hubiera llevado a enfrentar a Australia en un cuarto partido e inmediatamente después la apuesta era sacarse la espina con Países Bajos por aquel episodio del "no era penal".
Ese camino le correspondió a Argentina que agradeció la distinción a la FIFA y lo clarificó para convertirse a la postre en el campeón del mundo de Qatar 2022 con toda autoridad.
En fin, decía madre hay "quienes nacen con estrella y hay quienes nacemos estrellados".
Lo dijo Joseph Blatter, ex presidente de la FIFA, Gianni Infantino ha intentado por todos los medios poner en un aparador netamente mercantil al futbol actual.
La prueba inicial fue otorgar a Qatar la sede de un mundial cuando este país no brillaba en este entorno, pero sí en el entorno de los dineros.
Organizar un certamen mundial con 48 equipos no es fácil, es cierto que es importante compartir el pastel con las selecciones más humildes del orbe, pero a qué precio.
Ya quiero ver partidos a los que nadie acuda a ver, algo que pegará sin duda en el tema de la taquilla para el Comité Organizador, lo dejamos al tiempo.
Y por el otro lado, saber que en lo deportivo dejará mucho que desear ante el bajo nivel de futbol que nos puedan compartir.
En fin.
Leí con mucha atención una réplica de una reflexión que hice después de la final ganada por Argentina sobre Francia en condiciones que ya he señalado, dura para los franceses por las tantas bajas y motivadora para los argentinos que arrancaron con mucha pena y que cerraron mucho muy "enganchados".
Este análisis lo hizo nada menos que el fenómeno Ronaldo Nazario, quien desde su punto de vista, el balón de oro de la final entre Argentina y Francia debió pertenecer a Kylian Mbappé, no por cortesía como suele hacerlo esta FIFA, sino porque fue el jugador que con muy poca ayuda de sus compañeros fue determinante y hasta marcó cuatro goles, incluido el penal de la tanda de definición, que no cualquiera en un mundial.
Ya me imagino que, cambiando los papeles, Messi cayendo con Argentina en las mismas condiciones, muy seguramente que este trofeo se lo hubieran entregado hasta con incrustaciones de diamantes.
Es decir, el tema de inmediatez, publicidad y mercadotecnia, estará lastimosamente siempre presente, más ahora en este tipo de eventos internacionales.
Aclaro, no soy Anti Messi, me agrada su juego de picardía y regates, pero creo que la justicia no debe tener clases sociales o diferencias económicas, tiene que ser así como es el futbol en su esencia, como todos los domingos que jugamos profesionistas y no profesionistas, sin etiquetas.
En lo personal este 2022 ha sido para el olvido, esperando que el siguiente cambié, no mucho, al menos un poco.
Mucha fuerza, Felipe de Jesús y Arturo del Ángel, las cosas suceden por algo, el secreto es tomar las hechos negativos en experiencias y aplicarlas en nuestra vida.
Lo he hecho y créanme, no falla.