| 2024-03-10
El día que solicitó licencia para ausentarse del cargo de presidente municipal de Medellín, Marcos Isleño Andrade, informó que fue invitado para integrarse en la primera posición de la lista de candidatos plurinominales a la diputación local por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Si con esta nominación prácticamente tiene un pie en el Congreso de Veracruz, ¿por qué no pedir definitivamente su renuncia al puesto y dejar que la administración municipal fluya con el sustituto que designe la Legislatura?
El asunto es que Marcos Isleño sí encabezará la lista de los plurinominales verdes y que al partido sí le da para colar por lo menos un par de posiciones en los espacios por representación proporcional; sin embargo, el edil no llegaría como titular de la candidatura sino como suplente.
Se sabe por una fuente muy confiable que el alcalde de Medellín sería suplente de Javier Herrera Borunda, secretario general a nivel nacional del partido e hijo del exgobernador Fidel Herrera Beltrán.
A como están las cosas, Isleño no podía darse el lujo de despreciar la postulación como candidato suplente, luego de que fue aceptado nuevamente en el PVEM al que supuestamente renunció para integrarse a Morena apenas llegó a la alcaldía.
El Verde Ecologista lo aceptó de nuevo una vez que Eric Cisneros, a quien promovió cerca de dos años desde el ayuntamiento, lo dejó solito una vez que se autoexilió de Veracruz tras perder la posibilidad de ser candidato a la gubernatura, el senado y hasta a diputado federal.
Con lo anterior se vienen dos temas interesantes para el PVEM; primero, la llegada de Javier Herrera al Congreso de Veracruz, desde donde tendrá mayor protagonismo y podrá ser más mediático para terminar de construir su liderazgo político rumbo a las elecciones del 2030.
Y, en segundo lugar, el control político de Medellín de Bravo, municipio integrado a la zona conurbada de Veracruz, la más grande y con mayor poder adquisitivo de todo el estado, en donde el Verde podrá construir su bastión político sumando a Alvarado, en donde también gobierna.
Este sábado 9 de marzo corrió la noticia de que un juez de control del Estado de México fue facultado para retomar el proceso penal en contra del exfiscal Jorge Winckler Ortiz y sacar del caso a la justicia de Veracruz.
Winckler fue llevado al penal federal de Almoloya y con ello, la defensa presentó un amparo para que el juzgado de Pacho Viejo dejara de conocer del asunto y estuviera en manos de un juez de Toluca.
La defensa del exfiscal ha ido avanzando en contra de la justicia de Veracruz con una estrategia legal sostenida en amparos federales. Primero, logró que se ordenara la no vinculación a proceso por los delitos de secuestro y desaparición forzada.
Ahora, con otro amparo consigue que la nueva acusación que se le formuló por tortura sea desahogada por un juez mexiquense y no en Veracruz.
Sí hay elementos o no para juzgar a Jorge Winckler es un tema aparte, pero con las resoluciones que se han visto hasta ahora, se muestra la falta de capacidad de la Fiscalía General de Veracruz para llevar hasta las últimas consecuencias el juicio en contra del exfuncionario.